NÓMADAS Y VIAJANTES

El caballo de Troya saudí

Obama y el rey Salman de Arabia Saudí, en Riad, el 21 de abril.

Obama y el rey Salman de Arabia Saudí, en Riad, el 21 de abril. / periodico

RAMON LOBO

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¿Recuerdan aquello de la lucha sin cuartel contra el Daesh (Estado Islámico) y sus fuentes de financiación y suministro? Pues olvídenlo, tenemos otras prioridades. El presidente de EEUU, Barack Obama, se ha reunido en Riad con los líderes de las cinco monarquías conservadoras del golfo Pérsico para reasegurarles el compromiso de EEUU con su seguridad, es decir la garantía de que seguirán vendiéndoles armamento y municiones. Al menos de momento, porque se está produciendo un cambio en la opinión pública occidental: los dueños de las principales reservas mundiales conocidas de petróleo han dejado de ser los buenos de la película. 

Las importaciones de armas de Arabia Saudí crecieron un 275% en el periodo 2011-2015 en comparación con los cinco años anteriores, según un informe del Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI), uno de los más prestigiosos del mundo. Las importaciones regionales crecieron un 61%, pese a que se recortaron las exportaciones europeas en un 41%. Esta caída será mayor en el 2016 debido a los atentados de París y Bruselas y al apoyo saudí al Daesh, ahora menos evidente.

El Reino Unido y EEUU siguen siendo los principales suministradores a la zona, sobre todo a Arabia Saudí. España también ha estado muy activa bajo el ministro Morenés, que procede del sector de la industria española de armamento. Las célebres puertas giratorias. Solo en el primer semestre del 2015 vendimos a Riad armas y municiones por valor de 447,6 millones de euros. Las exportaciones coinciden con las guerras de Siria y Yemen, países en los que han muerto decenas de miles de personas.

JUEGO DE ALIANZAS

El juego de alianzas en Oriente Próximo empezó a modificarse tras la invasión de Irak en el 2003 y de los graves errores posteriores, como el de disolver el Ejército de Sadam Husein (creó una base para el Daesh y otros grupos salafistas). Occidente ha empezado a reconsiderar algunos dogmas históricos, como el apoyo sin fisuras a Riad. Ahora el equilibrio consiste en abrir el campo de juego a Irán sin perder el negocio de las compras saudís. Estamos atrapados en un mal matrimonio, como dice Aaron David Miller, vicepresidente de Woodrow Wilson International Center for Scholars.

Hablamos de regímenes no democráticos, pero en el caso de Arabia Saudí es una dictadura que viola sistemáticamente los derechos humanos, construye mezquitas en todo el mundo, financia escuelas coránicas y centros supuestamente píos con el fin de extender su visión rigorista del islam, el wahabismo, que sintoniza en lo esencial con lo que defienden el Daesh y Al Qaeda. La política internacional de Riad choca con los intereses occidentales porque ha supuesto un estímulo moral y financiero para los grupos yihadistas. Riad no dirige los grupos, pero los alienta.

DEMANDAS DE CIVILES

La visita de Obama tenía otro fin: desactivar un problema potencial con las demandas de civiles estadounidenses contra Arabia Saudí, como responsable subsidiario del 11-S pues la casi totalidad de los suicidas tenían nacionalidad saudí. El Congreso estudia un proyecto de ley que abriría esta posibilidad. Riad amenaza con una retirada masiva de fondos del circuito financiero de EEUU lo que podría provocar un 'crash' similar o mayor del que hundió a Lehman Brothers en el 2008, y con revelar la responsabilidad de EEUU en los atentados.

Una vez que se cierran las puertas y salen los medios de comunicación no sabemos qué se dice en la reunión, si la conversación es cordial o se profieren amenazas y gritos. Cuando se afirma que un encuentro ha sido franco significa, en el lenguaje diplomático, que ha habido diferencias. Luego se pacta un comunicado y cuál será la versión para la prensa. En este caso, los asesores de Obama advirtieron a los periodistas de que no esperaran grandes anuncios ni novedades. La reunión es parte de una representación para no romper puentes.

PACTO DE AMISTAD

La amistad de EEUU y Arabia Saudí se inició al final de la segunda guerra mundial. En 1945, a bordo del portaaviones 'Quincy', Franklin D. Roosevelt y el rey Abdulaziz ibn Saud firmaron un pacto de amistad. EEUU pensaba en el petróleo; los saudís, en expandir su versión herética que ha terminado por hacer una OPA al islam moderado.

Los movimientos subterráneos son numerosos: Israel suministra inteligencia a Arabia Saudí porque comparten enemigo: Irán; EEUU apoya sin decirlo al dictador sirio Bashar el Asad mientras que trata de averiguar quiénes son sus aliados. La conquista de Palmira no hubiese sido posible sin la aviación rusa y la ayuda sobre el terreno de Irán y de Hizbulá, que han combatido junto a los soldados de Asad. Todo está en mudanza menos lo esencial: los imanes que predican en la mayoría de las mezquitas europeas han sido formados o tienen vínculos con Arabia Saudí. Ese es el caballo de Troya, no los refugiados.