Buscar o encontrar...

Artículo número 358. Volvía el otro día de un viaje en avión y en una revista leí un artículo que hablaba del mundo de los sueños. Explicaba que se acababa de crear una aplicación para el móvil que nos ayudaría a entender el significado de lo que soñamos.

La aplicación en cuestión se trata de un programa que te hace despertar en el momento en que nota que tus pulsaciones están saliendo de un sueño. Te despierta lentamente, sin grandes ruidos para evitar que pierdas el hilo de los que soñabas y lo recuerdes.

Cuando te despiertas, has de balbucear las cuatro o cinco palabras que resuman lo que has soñado y entonces el programa... Bueno, casi os lo cuento después de lo mejor de mi semana.

Tercer puesto: Tres bodas de más. Salí entusiasmado del cine con el trabajo de Berto Romero. No sé qué tiene pero me fascina su forma de interpretar... Sería genial una segunda parte con su personaje de protagonista.

Segundo lugar: Una furtiva lágrima. Juan Diego Flórez consigue elevar este tema a cotas insospechadas. Mi esófago se zambulló y aún sigue buceando en esa melodía...

Primera posición: De Fuerteventura a París (Editorial Cabildo). Brutal este libro lleno de sonetos sobre el tiempo de destierro de Miguel de Unamuno en la isla afortunada... Dolor, búsqueda y tristeza se mezclan en ese pedazo de historia viva...

Y, volviendo a la aplicación... Una vez balbuceas las cinco palabras que definen tu último sueño, el programa busca entre toda la gente del mundo que ha utilizado esa misma aplicación y te dice qué personas han soñado los mismo que tú y lo han definido de la misma manera... Y así puedes encontrar tus almas gemelas en ese Universo del sueño...

Pero lo que os quería contar realmente no era eso, sino la frase que dijo el hombre que tenía sentado al lado en el avión y que rozaba los 90 años... Había estado leyendo también el artículo al mismo tiempo que yo y sentenció: «Deberían buscar menos y dejarnos encontrar más...» Cuánta razón en tan pocas palabras... ¡Feliz domingo!