Largo plazo

Búscame una ley en el Senado

OLGA Grau

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Empieza a calar el sentimiento de que el Gobierno echa mano de la improvisación demasiado a menudo. Un caso flagrante ha sido el enfrentamiento entre los fabricantes de automóviles y los concesionarios. El exquisito equilibrio entre los dos lobis de poder, que forman parte de la misma cadena de valor, se rompió el día en que el Congreso aprobó la famosa enmienda del PNV, PP y CiU.

El texto, introducido en la ley de economía sostenible (que nadie sabe todavía qué es), cambiaba radicalmente las reglas del juego. Los fabricantes tendrían que recomprar los coches a los concesionarios si, a los dos meses, estos nos los habían vendido. Los productores de automóviles montaron en cólera, el ministro de Industria,Miguel Sebastián, tuvo que reunirse con todos los sectores afectados, mientras que Convergència se afanaba a remendar el agujero que le había descosido Unió (fue este partido el que apoyó la enmienda y no sus socios). El desaguisado concluye con una orden del ministro a un estrecho colaborador suyo: «Búscame una ley que esté en trámite en el Senado para introducir una enmienda». Veremos cuál es esa ley en las próximas semanas.

La política parece una cosa seria, pero demasiado a menudo se hacen las cosas bajo presión. En los últimos meses, los consejos de ministros de los viernes han aprobado el decreto de la reforma de las pensiones y de las cajas de ahorros. En ninguno de los dos casos se presentó el texto cerrado. La tarde del viernes y parte del fin de semana fue tiempo de oro para pulir los flecos. Ahí aparecen los denominadoslobis pulidores, que añaden a última hora la letra pequeña en función de los intereses que defienden. Así ha sucedido con las pensiones y con las cajas. A los pocos días ha aparecido el texto en elBoletín Oficial del Estado (BOE) con todos los detalles.

La improvisación también ha acompañado el plan de ahorro energético aprobado el pasado viernes. La rebaja del 5% del precio del transporte de Cercanías se anunció sin previa consulta con las autonomías y se pretendió que estas asumieran el coste. Las malas lenguas aseguran que a alguien se le olvidó que las competencias de estos servicios de Renfe están traspasados a Catalunya y que, si el Govern deArtur Masno lo autoriza, no se aplicará la rebaja aunqueZapaterola quiera imponer. El resto de las medidas se han vendido como nuevas, pero muchas ya estaban incluídas en el plan de ahorro energético que se preparó en el 2008 y no se aplicaron porque el precio del petróleo empezó a caer. Nadie pone en duda de que el plan servirá para ahorrar petróleo. Pero se echa en falta que, además de medidas improvisadas, el PSOE sea capaz de pactar con el PP un mapa energético para los próximos 20 años.