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Demoler la Expo del 29

A Barcelona le faltó coraje y consenso para volver a planificar la explanada que va de la plaza de España al Palau Nacional

La avenida de Maria Cristina, entre la plaza de España y el Palau Nacional.

La avenida de Maria Cristina, entre la plaza de España y el Palau Nacional. / periodico

Xavier Bru de Sala

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Barcelona se debe pensar de nuevo más allá del municipio e incluso del área, pero también por dentro. No tiene sentido que el Festival Internacional de Pallassos de Cornellà oculte el nombre de Barcelona en vez de exhibirlo como marca. No tiene sentido que la Universitat de Barcelona esté dispersa en vez de disponer de un campus moderno. No tiene sentido que el Hospital Clínic se haya convertido en un laberinto de cubículos minúsculo donde se comprime y malvive un excelente equipo de profesionales. No nos podemos resignar al inmovilismo de convertir en estáticos los espacios que no cumplen bien su función.

A Barcelona le faltó coraje y consenso para volver a planificar la explanada que va de la plaza de España al Palau Nacional

Barcelona no necesita la excusa de un cuarto gran evento como las exposiciones de 1888 en la Ciutadella, la de 1929 en Montjuïc y los Jocs del 92. Le conviene repensarse, redistribuirse, quitarse el corsé mental y planificar el futuro con ambición. Uno de los espacios más desaprovechados y mal diseñados de Barcelona es el de la Fira. La Fira es una institución de gran calibre y de éxito. Sin embargo, si se trasladó a L'Hospitalet en vez de reventar el teatro grandilocuente de que disponía, del Palau Nacional a la plaça de Espanya, fue porque a la ciudad le faltó coraje y consenso para volver a planificar aquella enorme extensión. Que el municipio y la Generalitat decidieran conservar el armatoste inútil del Palau Nacional como sede del MNAC en vez de situarlo en el centro, como todos los grandes museos, todos, de las grandes ciudades, inició el camino del conservadurismo estrecho de pecho.

Imaginemos que una sacudida sísmica localizada convierte en escombros todos los edificios que se encuentran en la explanada que va de la plaza de España a la Font Màgica (todos menos el pabellón de Mies, claro). Descubriríamos una inmensidad y la aprovecharíamos. Para edificar una ciudad de negocios, una universidad de veras, un sistema hospitalario espacioso o lo que más convenga. 'Open your mind'.