RETRATO DEL TÉCNICO PORTUGUÉS

Bombero pirómano

Mourinho, tras la final de la Copa que el Madrid perdió ante el Atlético.

Mourinho, tras la final de la Copa que el Madrid perdió ante el Atlético.

RAMÓN Lobo

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El día en queJosé Mourinhodijo que era muy difícil ser portugués en España supe que estaba perdido. Le había derrotado elgran hermanoen que se ha convertido el Real Madrid bajo la presidencia deFlorentino Pérez: todo el día en la pasarela, bajo los focos vendiendo camisetas. Fue un exceso, casi un insulto. Lo complicado es ser portugués en Portugal, donde reinan los recortes, el paro, la pérdida de derechos.

Mou es un millonario narcisista. Necesita quererse, que le quieran todo el tiempo, sin fisuras ni dudas. Reclama tanta atención, tanto cariño incondicional que más parece una tara que una pose, un déficit emocional de la infancia. Nunca me gustó su propuesta en el campo; prefiero los equipos que atacan a los que defienden. Me gusta el buen fútbol, los goles. Le dieron todo lo que le negaron aManuel Pellegrini, un caballero. Al principio pensé que se trataba de un falso malo, comoPep Guardiolaparece un falso bueno.

Dicen que el histrionismo es su método de trabajo: atraer la atención, liberar a los jugadores, quitarles presión. Funcionó en el Oporto, en el Chelsea y en el Inter. Los futbolistas que estuvieron bajo su mando le adoran, sienten que con él vivieron su mejor etapa. No dudo de sus virtudes como entrenador. Es uno de los mejores, pero aquí ha fracasado. No por los títulos no ganados, sino por la pérdida del saber estar, delfair playque era parte del ADN histórico del club.

Florentino Pérezfirmó un pacto con el diablo, comoWinston Churchill lo firmó conJosep Stalin. AFlorentinole ha salido mal. Jugar aDoctor Faustotiene contraindicaciones, mucha letra pequeña. AunqueMourinhopresuma de haber acabado con el gran Barça de estos años, es probable que ese grandioso equipo se esté acabando solo por el envejecimiento natural de sus almas (PuyolyXavi) y por una presidencia a la defensiva, vengativa.

El juego entre elDoctor JekyllyMister Hydeterminó en la guerra de los clásicos que estuvo a punto de llevarse por delante a la selección. GanóHyde, que se hizo con el control del personaje, ocupó la totalidad del cuerpo y del cerebro de Mou, que dejó de sonreír. En el tercer año, conHydeal frente, se esfumó también la inteligencia. Acumuló enemigos entre los periodistas, los jugadores y el público. El Bernabéu no le perdona sus afrentas. Será el único estadio que no le cante en el recuerdo. Siempre quedarán los ultras, amantes de las causas perdidas. Les une la mala educación.

La gestión del casoCasillasfue nefasta, liquidó al pobreAdánque pasaba por ahí, y ha terminado por señalar aDiego López, un excelente portero.Lópezse ganó con sus actuaciones el puesto durante la lesión de Iker. Su entrenador le reconoció los méritos, pero lo hizo de una manera poco elegante, utilizándolo como ariete en sus guerras civiles. El discurso de que nadie tiene un puesto por decreto quedó al descubierto. No le hizo un favor.

Tengo tantas ganas de que se vaya Mou que hasta me empieza a gustar Carlo Ancelotti. Tampoco me entusiasma cómo juegan sus equipos, pero parece un tipo calmo, educado, capaz. Cuando uno dispone de una pléyade de extraordinarios jugadores, el entrenador solo necesita sentido común, ser cabal, poner a cada uno en su sitio, escuchar, mandar de manera discreta. ComoVicente del Bosque.

Se va Mou, pero se quedaFlorentino, que tiene más vidas que un gato. No sé si habrá rival en las urnas o será otra aclamación democrática. No es un problema de compromisarios sino de millones de euros de aval. El presidente los tiene aunque su empresa ACS fuese citada por el diario estadounidenseThe New York Timescomo un ejemplo de uno de los problemas de España: el endeudamiento privado. Tener deudas no es sinónimo de ser rico. Ahora lo sabemos todos.

Se va Mou -que aún no ha dicho la última palabra (¿aceptará quedarse con el cartel de que le pudo la presión?)- y seguiráFlorentinosin el diablo sentado en la mesa. Quizá sea mejor así, para que no regreseRamón Calderóno algún émulo. Más vale un malo capaz que un incapaz peor. La prensa deportiva ya habla de fichajes, de guerras por este o por aquel. Venden ilusión. Aquí se compra todo, que estamos hartos de mal rollo.