Bimba Bosé, el sensacionalismo y lo ofensivo

Bimba, una mujer muy discreta que nunca concedió exclusivas, no merecía ni cotilleos de salón sobre sus amistades ni detalles más o menos morbosos sobre su enfermedad

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LUCÍA ETXEBARRIA

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A las cuatro horas, cuatro, de que falleciera Bimba Bosé falleciera Bimba Bosé un medio serio (ejem) publicó un artículo sobre 'Los amigos de Bimba Bosé'. No se mencionaba a Julia de Castro, amiga muy querida y colaboradora de 'Antipasti', el último montaje musical-teatral que Bimba produjo. Ni a muchos otros. Pero sí a personajes muy famosos. Más de uno era conocido de Bimba, pero no amigo íntimo.

Así, fui leyendo numerosos artículos sobre Bimba. Se hablaba de que era una gran «luchadora» porque batalló contra el cáncer. (Entre los que me leen habrá quien, como yo, ha perdido a más de un familiar y/o amigo íntimo por culpa de un cáncer. Todos los enfermos luchan por su vida.) Se hablaba de sus relaciones, de su familia, de su vida privada. No se mencionaba que trabajó con fotógrafos de prestigio internacional, que desfiló para  Karl Lagerfeld, Tom Ford, Alexander McQueen y John Galliano, que fue portada de 'Vogue' o 'Harper’s Bazaar'.  Casi nunca se decía que su banda se llamaba The Cabriolets, pero sí se mencionaba que había actuado en un programa de televisión.

A mí todo esto me parecía una falta de respeto. Porque la imagen que se daba era la de una 'socialite' frívola, no la de una artista. Se hablaba de su vida personal, y no de su vida profesional o del legado que dejó. 

REFLEXIÓN MUY NECESARIA

Cuando yo fallezca quiero que se hable de mis libros, mis artículos, mis poemas. No quiero que se ofrezcan detalles más o menos morbosos sobre mi enfermedad ni cotilleos de salón sobre mis amistades. Y lo mismo se hubiera merecido Bimba, una mujer muy discreta que nunca concedió exclusivas.

Si los medios presuntamente serios han sido capaces de semejante falta de respeto sin ser ni siquiera conscientes de lo que hacían, si lo que enseñamos es que hay que traficar con el cotilleo y el morbo, ¿nos extraña que una panda de analfabetos/psicópatas/desalmados –táchese lo que no proceda y añádase lo que se desee– hayan hecho burla y vertido insultos contra ella, su familia y su entorno más cercano bajo el cobarde amparo del anonimato?

Reflexionemos un poco. Todos.