Al contrataque

Benedicta jubilación

JORDI ÉVOLE

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Benedicto XVI se jubila ya, el próximo jueves. Y tengo un montón de dudas, lo confieso. ¿Cómo es que ha decidido retirarse por completo? No me lo hubiera imaginado nunca. Siempre creí que, como es alemán, optaría por el minijob. No en vano, Alemania es la cuna de esta modalidad laboral: curras solo unas cuantas horas a la semana pero sigues cobrando, aunque sea menos.

Y yo esperaba eso, un Papa a tiempo parcial. Así, poco a poco, te vas haciendo a la idea de que vas a dejar de ser infalible. Porque eso debe de costar un rato largo... Pues ni minijob ni nada. En un santiamén, el pontífice pasará de ser infalible a ser fallón, como Alexis Sánchez. Un mortal más. Un jubilado normal, como Dios manda.

¿Pero su pensión será normal? Es otra duda que tengo. Lógica, porque no sé lo que cobra un Papa. Ni si cotiza al régimen general de la Seguridad Social, al de autónomos o a un régimen especial de pescadores de arrastre de almas.

Y, así, no puedo trabajar. Me rindo. Me veo incapaz de saber qué base reguladora tiene. Y, claro, sin la base reguladora, yo no soy nadie. Estoy pillao. No puedo decirte qué cobra de pensión de jubilación, lo siento mucho. Pero me voy a arriesgar: como Papa en ejercicio, ha cobrado menos que Xavier Trias como alcalde de Barcelona.

Supongamos que le haya quedado una pensión mileurista. ¿Y qué? Como se queda a vivir en el Vaticano, no pagará hipoteca. Una bendición. Y las obras ya están hechas. No creo que vuelvan a pintar el techo. No quedó mal, aunque me hubiera gustado ver al manitas Miguel Ángel con el pladur. Es otro mundo. ¿Y pa que pintó a tanta gente? Yo habría dejado algún hueco. Por si acaso. Ahora mismo, si quieres colgar la camiseta de Urdangarin, no sabes dónde ponerla.

Casarse por la Iglesia

Además, no tiene hijos. Otro gasto menos. Y tampoco piensa casarse, que eso siempre cuesta una pasta, sobre todo si te casas por la Iglesia. Normal, porque algún sobrecito tienes que darle al cura. En plan Luis Bárcenas, por supuesto. Total, que por poco que le haya quedado, puede estar en la gloria. ¡Y a disfrutar de lo lindo! La jubilación está para eso, para hacer todo lo que no se ha podido hacer hasta ahora por culpa del endemoniado trabajo.

No sé si es más de dominó o de pádel. O si no es de salir, y prefiere lo de cada uno en su casa y Método 3 en la de todos. O si le gustaría hacer de canguro de los niños de algún cardenal con doble vida. Pero si ya está harto de madrugar, a seguir soñando con los angelitos. Y tranquilo. Es falso que a quien madruga, Josep Guardiola le ayuda. Y si ya está harto de mayordomos, sírvase usted mismo. Es más, si está harto del pan nuestro de cada día, y quiere más menús, pues, ánimo, a cocinar, que ahora tendrá tiempo. Empezar con algo fácil, como convertir los panes en peces. Y, más adelante, igual hace auténticos milagros... Como Ferran Adrià, creador del aire de miel con flores y pistachos. Para que luego digan que no se puede vivir del aire. Qué falta de fe.