Editorial

Barcelona y el éxito continuado del MWC

El congreso de telefonía alcanza la undécima edición y espera casi 100.000 visitantes pese a la huelga del metro

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El éxito continuado de una idea o un proyecto tiene a menudo como efecto inevitable que esa situación de excelencia sea vista como normal -por habitual- y no sea valorada en sus justos términos. Valga la reflexión a propósito del Mobile World Congress (MWC), cuya undécima edición abre hoy en Barcelona pese a ser víctima injusta de una ilógica e insensata huelga de metro. La cita mundial de la telefonía móvil se ha convertido en un activo de primerísimo nivel de la ciudad, pero conviene recordar que su llegada, en el 2006, y su continuidad no han sido fáciles, sino que han precisado el esfuerzo, el talento y el arrojo de muchos emprendedores y compañías del sector. La situación de privilegio de que goza hoy Barcelona con el MWC no es fruto de la casualidad, y restarle importancia porque ya se ha convertido en algo rutinario sería un grave error. Tanto como caer en la autocomplacencia acrítica por los logros alcanzados.

Las cifras del MWC de este año superarán probablemente las del anterior, y entre ellas destaca la de asistentes, que rozarán los 100.000. El impacto en la economía local se calcula en unos 460 millones de euros y la creación de 13.000 puestos de trabajo, que, aunque de forma transitoria, alivian el paro. Pero hace ya años que el beneficio del MWC en Barcelona trasciende los estrictos límites de los días del congreso, porque la actividad inducida (básicamente start ups tecnológicas) se prolonga durante todo el año. Hoy nadie discute la necesidad de que el congreso de telefonía siga en Barcelona, y el mejor indicador de eso es que Ada Colau, que inicialmente parecía dubitativa al respecto, firmó el verano pasado la continuidad del evento hasta el 2023. Y ahora la alcaldesa ha dedicado sinceros esfuerzos -lamentablemente en vano- a tratar de impedir la huelga del transporte metropolitano, que afectará sin duda a la movilidad de los congresistas precisamente el año que el metro llega a la Fira.

Pero aun con ese notable inconveniente logístico y de imagen, el MWC será sin duda un éxito. Los grandes nombres de la tecnología -con la consabida excepción de Apple- analizarán durante cuatro días el sector y presentarán sus proyectos más ambiciosos. Las redes 5G, el creciente uso del grafeno y el avance del internet de las cosas serán los principales temas a debate. Y Barcelona estará de nuevo en el escaparate mundial.