Barcelona, capital literaria

La ciudad ha sido un estímulo para creadores de todo el mundo

Eduardo Mendoza

Eduardo Mendoza / periodico

SANTI VILA

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La casualidad ha querido que justo al día siguiente de que desde el Departamento de Cultura commemorásemos el Año Cervantes, el prestigioso premio literario que lleva el nombre del autor del 'Quijote' haya sido para el catalán Eduardo Mendoza. Lo que ya intuyo que no es tanta casualidad es que los cuatro autores catalanes que han obtenido el Cervantes -Juan MarséAna María MatuteJuan Goytisolo y ahora Mendoza- sean todos barceloneses. Ya lo escribió Cervantes, en uno de los pasajes del 'Quijote' en Barcelona, cuando descubrió por primera vez una imprenta con el rótulo de 'Aquí se imprimen libros'. Sí, Catalunya es un país de editores y de creación literaria, y Barcelona la capital cultural del libro en España.

Este ecosistema cultural, particular pero sobre todo abierto al mundo, es lo que ha propiciado que históricamente se considere Barcelona como la cuna de grandes escritores en lengua catalana y castellana, y junto a autores de prestigio internacional como Jaume Cabré o el propio Mendoza, la capital catalana ha sido un estímulo para creadores de todo el mundo. García Márquez admitía que "Barcelona era la puerta de Europa", y aquí se inspiraron autores como Roberto BolañoJean GenetGeorge Orwell o Robert Hughes. Todo un universo que ha llevado a que la Unesco la reconozca con el merecido título de 'ciudad literaria'.

INDUSTRIA CULTURAL

Es indiscutible que en torno al libro Barcelona ha diseñado una parte sustancial de su carácter cultural, así como la capitalidad de la cultura catalana y, por extensión, ser una de las capitales culturales internacionales. Fue en Barcelona donde los editores, a finales del siglo XV, fundaron la principal industria cultural de la ciudad y del país. Ahora estamos ante un sector que genera un volumen de negocio en el mercado interior español de casi 1.100 millones de euros, una quinta parte del cual es de obras en catalán, y que emplea a más de 4.500 trabajadores. Pero sería injusto limitar el prestigio de Barcelona en el mundo del libro a un solo actor, y solo desde la cooperación entre editores, bibliotecarios, escritores, libreros y, cómo no, la sociedad civil y las instituciones, consigue ser una pieza clave en la construcción de la cultura catalana desde hace cinco siglos.

En el año en que celebramos a CervantesShakespeareLlull o Caterina Albert, corroboramos que la literatura nos ayuda a construir una identidad personal, pero también colectiva. ¿Qué es, si no, 'La verdad sobre el caso Savolta', la primera novela de Mendoza, con el título original censurado por el franquismo de 'Los soldados de Cataluña', y su relato sobre la época del pistolerismo en Barcelona a principios del siglo XX?

Una época que nos conecta directamente con lo que escribió poco tiempo después, en 1920, el escritor francés Jules Romains, después de visitar la ciudad: "Los catalanes tienen la idea de que una civilización elevada y armoniosa es un arma casi tan eficaz como la artillería y pasa de moda menos deprisa. Muchas naciones han sido fundadas por la espada. La nueva Catalunya ha sido fundada por libros". Mendoza es un claro exponente. ¡Enhorabuena y por muchos años!