Al contrataque

El banco no es mi padre

Concentración de afectados ante la Oficina de la Comisión Europea en Barcelona, el pasado junio.

Concentración de afectados ante la Oficina de la Comisión Europea en Barcelona, el pasado junio.

SÍLVIA CÓPPULO

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La banca gana. El abogado general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) solo considera que los bancos tienen que devolver lo cobrado de más por la existencia de cláusulas suelo en las hipotecas constituidas a partir de mayo del 2013, lo cual desde el más puro razonamiento parece un sinsentido. Porque si la cláusula suelo es abusiva, lo es ahora y lo fue en mayo del 2013, en diciembre del 2012, en el 2011 y siempre, desde la constitución de la hipoteca. Es pura lógica. ¿Qué ocurrió en mayo del 2013? Esa es la fecha en que el Tribunal Supremo dictaminó en sentencia que esos topes solo podían ser considerados legales si se incluían en las hipotecas de manera clara y con un alto grado de transparencia en los contratos. Transparencia que no existía. Y fue a partir de ahí, que un juzgado de Granada elevó la consulta sobre la retroactividad a la Unión Europea.

Ahora el abogado general se ha pronunciado. Su opinión no es sentencia firme. Y aunque veremos a final de año qué dictamina el TJUE, lo más probable es que el tribunal europeo mantenga la misma posición que el abogado general, que, casualmente coincide con la del Gobierno español, el Banco de España y el Banco Central Europeo. Un montón de dinero a devolver estaría en juego. 5.000 o 10.000 millones de euros según los cálculos. Algunas entidades estaban preparando su provisión de fondos, pero qué duda cabe que esas macrocantidades podrían causarnos muchos disgustos. Porque si la banca no puede pagarlas, las pagaremos de una forma u otra los contribuyentes, todos, usted, amigo lector y yo misma, y no solamente los que hipotecaron su vivienda. Y además, visto lo visto con el 'brexit' de Gran Bretaña, en la Unión Europea, pueden empezar a tomar mayor distancia con los estados. ¡Que decidan ellos!

NEGOCIAR CON EL BANCO

La crisis económica y las desigualdades sociales han provocado cambios en las relaciones con el poder. Algunos dirán que esos cambios son pequeños, y es cierto, pero no son insignificantes y crecen cada día que pasa. Hoy es más difícil parapetarse sin vergüenza y en público detrás de muros opacos de desinformación. Claro que informarse cuesta y no podemos esperar que quien nos vende un producto financiero actúe como una ONG o como un padre o una madre que todo lo dan. Un banco es un negocio, lisa y llanamente.

Así que, hay que aprender a negociar comparando ofertas, igual que hacemos cuando compramos un piso o un coche. Y no avergonzarse nunca ante la jerga bancaria. Es el banco quien nos debe ofrecer respuestas claras y nítidas. Debe, puede y ahora está obligado por ley a ello. Ahora exigimos mayor transparencia y, aunque sea tirando de ella con fórceps, la vamos obteniendo. La banca gana, sí, pero los consumidores ahora perdemos menos.