Opinión | ACTIVIDAD REGULADA

Jesús Rivasés

Periodista

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Banca en la sombra, un negocio de 1,34 billones

El gobernador del Banco de España, Luís María Linde, el pasado mayo.

El gobernador del Banco de España, Luís María Linde, el pasado mayo.

Hay un negocio bancario que no está en la banca, pero que es tan real que, en todo el mundo, mueve unos 100 billones de dólares y en España alrededor de 1,34 billones de euros, según el estudio y los cálculos que han realizado los profesores Santiago Carbó Valverde y Francisco Rodríguez Fernández, para la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), uno de los principales centros de pensamiento, investigación y divulgación económica de España.

La banca en la sombra -'shadow Banking'-, a pesar de su nombre, no es una actividad clandestina, ni irregular. Tiene características bancarias, pero que se realiza al margen o en paralelo a los bancos. En resumen, es el dinero que mueven los fondos de inversión, las compañías de seguros, las financieras, los prestamistas y las Socimis, como canalizadoras de inversiones inmobiliarias. En España, no ha planteado problemas, pero en el resto del mundo contribuyó al estallido de la crisis, como apunta el Banco de España, que gobierna Luis María Linde, en su Informe sobre la crisis financiera y  bancaria en España, 2008-2014.

La importancia de la banca en la sombra en el mundo es evidente. Mueve/controla el 28,8% de los activos financieros mundiales. Es decir, casi la tercera parte del dinero existente –en la forma que sea- está cobijado por esa banca en la sombra que, por otra parte, no tiene ninguna connotación peyorativa entre los expertos. Sin embargo, tras la Gran Recesión, el grupo de países del G-20 reclamó medidas para evitar que cada vez más actividades financieras acabaran en la banca en la sombra. El problema es que esas prácticas, legales y en teoría ortodoxas, están menos reguladas que las bancarias, lo que hace que muchas entidades financieras las utilicen en lo que se denomina fuera de balance.

El paraiso de la banca en la sombra son los Estados Unidos, en donde se concentra el 27,1% de toda esta actividad. Detrás le siguen el Reino Unido, con el 10,5%; las Islas Caimán, 6,5%; Alemania, 6,3%, y Luxemburgo, 5,2%, mientras que la banca en la sombra española apenas representa el 1% de la de todo el mundo, lo que no le resta importancia interna porque su volumen –considerado en sentido amplio- excede con creces el billón de euros.

La crisis, no obstante, también provocó un descenso en esa actividad ya que en el 2010 alcanzó 1,53 billones de euros. Los profesores Carbó y Rodríguez no ven grandes peligros en estas actividades, siempre que reguladores y supervisores se y calculen "los riesgos y las probabilidades de contagio" y no se escapen a un mínimo control. Además, avanzan que, en el futuro, las llamadas fintech, financieras tecnológicas, aumentarán el perímetro de la banca en la sombra, porque incluso podrían "realizar actividades crediticias u otras propias de los bancos" que los reguladores intentarán controlar, si pueden, claro, porque ahí están el bitcoin y otras monedas virtuales.

Hay un negocio bancario que no está en la banca, pero es tan real como 100 billones de dólares.

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