Ideas

Aura personal

ALBERT ESPINOSA

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Artículo 451. Siempre había leído que había mil cosas que hacían única a una persona. El ADN, el carácter, la forma de vestir, el olor y hasta la forma de aplaudir, toser o reír… Existen mil y una característica que hacen a cada persona un ser diferente y único.

También estoy de acuerdo con la poetisa Wislawa Szymborska en que los rostros y los cuerpos son lo de menos. Ella creía que la naturaleza es vaga y repite caras y cuerpos y que no sería de extrañar que nuestra panadera tuviera la cara de Juana de Arco o el kiosquero el cuerpo de Sócrates.

Todo esto os lo cuento porque hace poco han descubierto otra característica curiosa que nos hace únicos. Resulta que la Universidad de Oregón ha demostrado… Bueno, casi os lo cuento después de lo mejor de mi semana.

Tercer puesto: Ping pong summer (Blu ray). Me fascinó esta vuelta a los 80 dirigida por Michael Tully. Una película hermosa, cuya nostalgia le da un plus increíble y que destila esa forma de comunicarse única que se poseía antes del boom de internet.

Segundo lugar: El bar de las grandes esperanzas  (Ediciones Duomo). El periodista y escritor neoyorquino J. R. Moehringer nos ofrece una autobiografía repleta de personajes brutales y llenos de parte de su esencia  y su destino.

Primera posición: Puntos suspensivos. La letra de esta canción de Vetusta Morla me ha llegado en el momento adecuado y ha subido al top ten de la música de este año.

Y lo que han descubierto investigadores de la Universidad de Oregón es que cada persona tiene una aura microbriana única. Es decir una nube de microbios que están alrededor nuestro vayamos donde vayamos. Y esa aura es tan personal que a través de esa nube de microbios se puede saber dónde estuvimos y cuánto tiempo nos quedamos en el lugar al que fuimos.

Y lo realmente poético es que hasta cuando te mueres, tu aura microbiana aún perdura un tiempo alrededor tuyo y migra a la persona que tengas a lado tuyo en aquel instante. Convirtiendo su aura en parte de la tuya…

¡Feliz domingo!