El análisis de las elecciones al Parlament

¿Ha ascendido el voto xenófobo?

PxC ha sido incapaz de penetrar en Barcelona y ha perdido apoyo donde en el 2007 logró concejales

¿Ha ascendido el voto xenófobo?_MEDIA_2

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XAVIER Rius

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Pese a que ninguna encuesta de las elecciones al Parlament preveía escaños para Plataforma per Catalunya, los primeros datos de la noche del 28-N, con un 10% o un 20% de los votos escrutados, le atribuyeron tres diputados y el 3,5% de votos. El voto escrutado en ese momento correspondía sobre todo a pequeños y medianos municipios, pero a medida que se sumó el voto de otros como Barcelona, donde solo obtuvo un 1,39%, Plataforma fue disminuyendo su porcentaje hasta el 2,47%, y la ley D'Hondt exige el 3% de los votos para obtener escaños.

Por más que sea preocupante que 57.569 personas hayan votado a Plataforma en la demarcación de Barcelona y 75.321 en toda Catalunya, y que parece probable que una parte de los potenciales votantes han ido a parar al PP, no comparto la tesis de quienes hablan de un ascenso del voto xenófobo. Que Plataforma no saliera en las encuestas previas ni en el sondeo a pie de urna era previsible dado que existe cierto rubor para reconocer que se va a votar una fuerza xenófoba. Y los comentarios en TV-3, cuando ya se confirmaba que Plataforma no entraba en el Parlament, advirtiendo de la gravedad de que en Vic obtuviera un 5,82% son una muestra de desconocimiento de la trayectoria de este grupo.

Haciendo una síntesis de los resultados de PxC se puede afirmar, en primer lugar, que han sido aceptables en algunos municipios en los que partía de cero como Salt (383 votos y un 4,91%) o L'Hospitalet de Llobregat (3.796 votos y el 4,05%), en los que recientemente creó grupo local y existe un alto índice de inmigración. También ha obtenido buenos resultados en Tortosa, municipio con un 21% de inmigración en el que ha conseguido 681 votos y el 5,04%. En segundo lugar, es una evidencia que ha caído en picado en aquellos lugares en los que en las elecciones del 2007 obtuvo excelentes resultados, como Vic, El Vendrell o Manlleu. En tercer lugar, su mensaje no ha penetrado en la ciudad de Barcelona, donde solo ha obtenido 9.867 votos y un 1,39%. En Ciutat Vella, distrito que tiene un alto nivel de inmigración islámica y que padece un mayor índice de delincuencia, las llamadas de Josep Anglada a las expulsiones masivas y al cierre de mezquitas solo han obtenido 572 votos, un 2,26%.

Es decir, Plataforma ha subido en algunas poblaciones en las que apenas conocen a Anglada, ha sido incapaz de penetrar en Barcelona y ha perdido la mayor parte de los votos en los municipios en los que tiene dos o cuatro concejales. El caso más claro es la ciudad de Vic, donde nació Plataforma y en el 2007 obtuvo 2.842 votos y cuatro concejales, siendo la segunda fuerza política con un 18,49%. Ahora, en cambio, ha conseguido 1.006 votos y un 5,82%, quedando por debajo de los 1.229 votos que obtuvo en el 2003, cuando se presentó por primera vez. Algo similar ha ocurrido en Manlleu, donde ha bajado de 1.022 votos a 636. Y en El Vendrell, donde lidera el partido August Armengol, ha pasado de 2.253 votos y el 17,75% en el 2007 a solo 898 y el 7,02% ahora.

Es evidente que el PP le ha restado votos -algo que se ve claro en Badalona, donde Plataforma consigue un porcentaje mucho menor que en Santa Coloma-, pero la fuga de sufragios hacia este partido no explica la caída en picado en Vic y El Vendrell ¿A qué se debe este descalabro de Plataforma en las ciudades donde tiene más presencia municipal? Pues a que los ciudadanos han visto que su política de sobredimensionar los problemas sin ofrecer más soluciones que pedir expulsiones y exigir que no se dé ninguna ayuda a los extranjeros no conduce a nada.

Anglada y Armengol han repetido estos años una y otra vez que los inmigrantes no quieren integrarse, pero a la vez rechazan cualquier programa de integración. En Vic, Anglada ha proclamado una y otra vez que «la mayoría de inmigrantes son chusma», que «los negritos y moritos corren sueltos por la calle como animales salvajes transmitiendo enfermedades» o que «todo magrebí desea conquistarnos», y eso ruboriza a muchos que desearían que hubiera menos inmigrantes pero tienen a varios en su empresa o cuidando a su madre o sus hijos. También ruboriza oírle decir, como hizo recientemente en una emisora de televisión, que «cuantos menos africanos y árabes haya en el Barça, mucho mejor» o que debe suprimirse toda ayuda al tercer mundo.

Discrepo, insisto, de quienes aprecian un crecimiento del voto xenófobo, porque muchos de quienes confiaron en Anglada en el 2007 le han retirado su voto. Pero sí es cierto que se ha extendido el discurso xenófobo. Porque junto al discurso maleducado de Anglada se ha consolidado en el PP otro más modulado de Xavier García Albiol. Y ante las mentiras de García Albiol, asumidas ahora por Alicia Sánchez-Camacho, toca a los políticos de CiU, PSC, ERC e Iniciativa desautorizarlo. No llamándole xenófobo, cosa que a él le da cuerda para rebatir, sino explicando que ningún baremo para obtener ayudas prima a los extranjeros, que ninguna ley de comercio exime a los extranjeros de pagar impuestos o cumplir horarios, o que el índice de delitos que hay en Badalona no es mayor que el de otros municipios.

Periodista.