Dos moribundos y un resucitado

Es momento de comprobar si las bases del PSOE siguen dsiendo de izquierdas: si gana Pedro Sánchez habrá alternativa

Pedro Sánchez.

Pedro Sánchez.

XAVIER BRU DE SALA

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Cuidado con los muertos, sobre todo en el país del protozombi Campeador, que resultó victorioso en Valencia en estado catatónico superlativo. Pedro Sánchez, con más puñales clavados que Julio César, ha resucitado y es probable que supere la leyenda del Campeador, sobre todo si el voto de las bases y demás periferias del PSOE sirve de algo. Aún así, la mano que lo apuñaló, en público como a César, no se resigna al triste final de Brutus, que se acabó lanzando sobre su propia espada, sostenida por su más fiel soldado, cuando se vio perdido. ¿Aviso para navegantes? Con más apoyo por arriba que por bajo, Susana Díaz presenta batalla. Sabe maniobrar y tiene a favor la prensa de Madrid, la pepera y aún más la criptomarianista, pero eso mismo la puede ayudar a perder. En la izquierda española ‘campea’ el voto justiciero y disruptivo.

Si se cumple el pronóstico de izquierdas, Díez ingresará a toda velocidad en la categoría de los moribundos, y ya veremos si los suyos lo ayudan a acabar como Brutus. En caso contrario, suponiendo que gane, incrementará las tensiones internas, aunque las entierre bajo la plúmbea capa del aparato, y sufrirá deserciones externas en forma de votos refugiados en Podemos. O moribunda a corto o moribunda a medio plazo, si no es que, de repente y contra pronóstico, se revela excelsa en el arte más difícil de la política cortesana: ser un buen lacayo de tu rival sin parecer un lacayo. Si no se convierte en genio de la política, Rajoy la barrerá el día que se enfrenten en las elecciones.

Es momento de comprobar si las bases del PSOE aún son de izquierdas. Si coronan al resucitado Sánchez, habrá esperanza de alternativa. Si gana Díaz, las posibilidades de variación de rumbo de España y de reforma desde dentro se verán reducidas a menos de cero. Régimen del 78 autocongelado, según el 'establishment' cree que le conviene. Patxi López, que fue lendakari de rebote, espera otra carambola. Ha conseguido pasar de inexistente a moribundo, que ya es mucho, y pretende convertirse como mínimo en secundario y si hay suerte en protagonista. Si gana, bingo. Unidad en la inanidad, que es su especialidad. Si pierde, ya se ha ofrecido de chico de los recados del ganador. Triste figura, Patxi.

REFORMA CONSTITUCIONAL

Si Sánchez acaba de resucitar y los presupuestos ya están aprobados con la consiguiente estabilidad, tendrá campo para correr. Pero no se consolidará como alternativa si no es capaz de plantear un pacto de Estado con los ejes de la justicia social, el mercado laboral, la cuestión territorial y la regeneración de las instituciones del Estado, concretadas en una propuesta articulada de reforma constitucional. Él tendría credibilidad para intentarlo. Díaz no. A Sánchez le iría bien que no le saliera bien. A Díaz no.

He aquí pues, en conclusión, que un dicho antes común en Andalucía y Catalunya –lo peor es un piojo resucitado— se podría convertir, por ironías de la historia en la mejor fórmula para proporcionar una brizna de esperanza contra la hegemonía galopante del PP.