Los ojos de James Baldwin

"La historia de los negros en América es la historia de América. No es una historia bonita". Estas palabras de James Baldwin aparecen en el documental 'I am not your negro', que trata de la figura y la mente privilegiada de este escritor. Se estrenó este viernes en Barcelona y la deberían pasar a todas las escuelas -de aquí y de allí- por el mensaje comprometido y radical que transmite. La llegada de Donald Trump al gobierno de Estados Unidos ha puesto en alerta a buena parte de la sociedad norteamericana. Los conflictos sociales, raciales y de género, que en las últimas décadas parecían haber avanzado en la convivencia y la igualdad, han retrocedido de un día para otro. De repente, pues, una película que tenía que reivindicar la defensa contundente de unas ideas, el deslumbramiento intelectual de la figura de Baldwin, se ha convertido en un arma de denuncia sobre el presente. Las manifestaciones en Selma o Birmingham, Alabama, resuenan en las muertes recientes de Ferguson. Las imágenes de la discriminación que sufrían los negros en Estados Unidos, en los años 50 y 60, resultan actualísimas...

En las fotos, los ojos de James Baldwin siempre parecen tristes, como si transmitieran las turbulencias de su vida interior, pero su mirada es aguda. Entre nosotros era conocido sobre todo como novelista, aunque hace tiempo que sus libros no se reeditan. Vivió muchos años en el sur de Francia -él mismo decía que se había exiliado- y vino más de una vez en Barcelona. En la película de Raoul Peck descubrimos a un intelectual de peso, un activista que mantiene en todo momento una posición crítica. El guión sigue un texto inédito de Baldwin, 'Remember this house', en el que repasaba su relación personal con tres defensores de los derechos civiles de los negros que fueron asesinados: Medgar Evers, Martin Luther King y Malcolm X -los tres antes de cumplir 40 años-. Poco a poco, al hilo de sus opiniones, nos damos cuenta de que Baldwin era su sucesor natural. "Éramos tan jóvenes", dice en otro momento del filmE, y más que un ataque de nostalgia parece un grito desesperado. Obama fue presidente con 48 años. Trump tiene 70, pero su ideología es antediluviana.