La preinscripción escolar

Con la educación no se juega

Los padres tienen derecho a escoger qué tipo de educación quieren para sus hijos. No se pueden quedar ochenta y pico críos sin escuela pública en su barrio

Condenada la Administración por no atajar el acoso a un alumno de P-4 en Barcelona

Condenada la Administración por no atajar el acoso a un alumno de P-4 en Barcelona / .3406507

Imma Sust

Imma Sust

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No tengo hijos. Les digo esto antes de empezar, porque parece que cuando no tienes hijos no puedes decir según qué cosas. No tengo hijos, pero sí tengo sobrinos y amigos con hijos. Uno de mis mejores amigos me preocupa y mucho. Él y su mujer se han encontrado este año con la difícil tarea de encontrar una buena escuela para su hija de 3 años. Han ido a todas las jornadas abiertas del barrio, han valorado todos los centros públicos y algunos concertados y después de mil discusiones, dudas y valoraciones sobre cuál es el mejor modelo educativo para su hija, la pareja ha elegido el centro escolar Joan Miró, en el Eixample barcelonés. ¡Por fin!

Pues de nada ha servido tanto análisis. Después de un sorteo de puntos basado en cosas que no hay quien las entienda y de dos meses de espera angustiosos, la pequeña se queda sin colegio. Ella y 84 niños más del barrio. ¿Qué pasará con estas criaturas? Pues que tendrán que pagar una escuela concertada a mil kilómetros de su casa, quitándoles ya la oportunidad de tener amigos en su barrio y obligándolos a coger y a pagar el transporte público para ir a un colegio con un modelo educativo que nada tiene que ver con el que querían sus padres.

Me parece increíble que pasen estas cosas. No se pueden quedar ochenta y pico críos sin escuela pública en su barrio. Y los padres tienen derecho a escoger qué tipo de educación quieren para sus hijos. Algo tan importante, que puede marcar al niño para toda la vida, no se puede decidir con un sorteo absurdo. Con ese sistema tan injusto, solo consiguen que muchas familias lleguen hasta el punto de plantearse cambiar de domicilio, o de inventarse trastornos alimentarios para ganar más puntos. Porque esa es otra. No me negaran que resulta bastante sospechoso que haya tanto niño celíaco en la ciudad de Barcelona y más concretamente en el barrio del Eixample. Vamos a arreglar esto por favor. Hay más niños que plazas en las escuelas publicas. No puede ser. Con la educación no se juega.