Dos miradas

"He muerto"

El "Yo he muerto" no solo informa a la población sino que lo hace desde el más allá, un deseo codiciado por muchos mortales y que solo se hace real en las historias de fantasmas

muerte

muerte / Xavier Jubierre

Josep Maria Fonalleras

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Esta esquela del señor Javier Martínez Pastor que se ha hecho famosa, en el 'Diario de Cádiz', es hilarante. No la esquela en sí misma, claro, que se limita a hacer lo que hacen habitualmente las esquelas, es decir, informar sobre el muerto y sobre las circunstancias de las exequias, sino el hecho inusual que esté redactada y firmada en primera persona por el propio cadáver. Es difícil que en un texto tan corto haya tantas faltas de puntuación (poner comas allí donde toca no era el fuerte del señor Martínez), pero le perdonaremos este detalle ante la inmensidad luctuosa de la historia. Lo que la convierte en cómica, si me permiten, es imaginarse el momento en que fue redactada y enviada a la funeraria o al diario en cuestión. El "Yo he muerto" no solo informa a la población sino que lo hace desde el más allá, un deseo codiciado por muchos mortales y que solo se hace real en las historias de fantasmas. No puede especificar el momento concreto de la muerte ni si efectivamente recibió ayuda espiritual, y quizá le falta un adverbio ("ya"), pero el señor Martínez demuestra una previsión elogiable que sobrepasa todos los límites.

La otra cara de la moneda es la de la soledad. Debemos imaginar que, más allá de la broma macabra, no había nadie que la pudiera redactar en su nombre, lo cual genera una pena considerable. O un desprecio absoluto por las apariencias, demostrando que se puede ser el muerto y llevar la vela en el entierro. Todo a la vez.