El correveidile

Pablo Casado ha anunciado su intención de aprovechar un viaje a Bruselas, en las próximas horas, para avisar a los dirigentes europeos de los riesgos del pacto de Presupuestos alcanzado por el PSOE y Podemos. Es, dice el PP, para prevenir a la Unión de que Pedro Sánchez nos lleva a una "nueva recesión". "Más déficit, más deuda y más paro", ha añadido Casado. Asegura, además, que su deber es "decir la verdad", porque lo que están haciendo los socialistas es "muy irresponsable". Por último, el líder del PP ha dejado claro que no hay comportamiento desleal por su parte: "Esto no es ir a hablar mal de España".

No piensa lo mismo el Gobierno, que ha tachado a Casado de "desleal" y "antipatriota". A mí me parece comprensible que al PP no le gusten unos Presupuestos que aumentan el gasto, teniendo en cuenta las estrecheces que Bruselas le impuso a Mariano Rajoy para cumplir los objetivos de déficit. Entiendo que a Casado le horrorice la construcción de un relato político que justifique la austeridad salvaje de legislaturas anteriores, en caso de que ahora la UE admita unas cuentas algo más alegres. Creo que, al menos en ese punto, tendría argumentos para sentir cierta indignación.

Sin embargo, resulta bastante alucinante que el PP nos diga que "no toda España se siente representada por Sánchez" (tampoco toda España se sintió representada seguramente con Zapatero o con Aznar) y que "es bueno que alguien sensato, como Casado, vaya a tranquilizar a las instituciones europeas". Esto equivale a decir que los mismos dirigentes comunitarios que aprobaban las cuentas de Rajoy no están capacitados para valorar las cuentas, ahora que proceden de un gobierno de izquierdas. Necesitan ayuda.

Puede el líder del PP intentar envolverse en la bandera para presentarse como el único capaz de defender los intereses de España. Ya le pillaron en septiembre diciéndole al máximo representante de la Comisión Europea que nuestro país era "un desastre por culpa del Presidente socialista". Sin embargo, parece más bien que Casado quiere torpedear los Presupuestos, porque si salen adelante, no habrá elecciones. A Sánchez no van a conseguir sacarle de la Moncloa ni con agua caliente, a pesar de que él dijo en un principio que su intención era llamar a las urnas cuanto antes.

Con el cuento a Bruselas

No termino de ver el papel de correveidile que se atribuye Casado. "A la Merkel que vas", parece decirle al Presidente del Gobierno. Es, en mi opinión, una catetada. Si el PP se fiaba y obedecía a las autoridades comunitarias antes, no veo por qué no debe hacerlo ahora. Nadie quiere otra crisis o una nueva recesión. Ir con el cuento a Bruselas suena, única y exclusivamente, a una estrategia de desgaste.