Al contrataque

¿Presidenta o secretaria?

De Elsa Artadi lo desconocemos casi todo salvo su tenacidad. ¿Quiere ser una presidenta de verdad o aceptará el papel de secretaria particular desde la distancia de Puigdemont?

Elsa Artadi en el Parlament.

Elsa Artadi en el Parlament. / .42906632

Antonio Franco

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Parece que nuestro futuro es mujer y se llama Elsa Artadi. El soberanismo, la fuerza política mayoritaria en el Parlament, parece optar a favor de que los catalanes volvamos a tener pronto un Govern propio. Ha pasado varios meses entretenido en idas y venidas sobre sus candidatos preferidos a la presidencia. Necesitaba tiempo para despresurizarse tras el aterrizaje forzoso y catastrófico de Puigdemont. Se lo ha tomado y finalmente actúa.

Los independentistas han explicado mil veces quién deseaban que volviese a ponerse al frente de la Generalitat y la imposibilidad de conseguirlo. En cambio, han mantenido un hermetismo absoluto sobre algo más importante: para qué van a formar un Govern. Las elecciones dieron derecho a administrar políticamente la autonomía a unas formaciones que no ocultan que desprecian ese planteamiento. Pero su dilema era autonomía -y ahora con la economía vigilada- o nada. Ahora ya saben por experiencia que si no obedecen la Constitución volverá a producirse una intervención fulminante del poder político y judicial del Estado en defensa de los derechos de la mayoría popular no independentista que tiene este país.

La nueva Generalitat se sostendrá sobre tierras movedizas. Una parte del independentismo alardea de que ya existe -aunque hibernada- la República, habla de ella, la defiende y proyecta irla apuntalando. Otra, más numerosa, apuesta por abrir una etapa pragmática viviendo lo menos mal posible dentro de España. ¿Qué hará Artadi, hasta ahora subordinada a Puigdemont, el más excitado de todos? ¿Presidirá una Generalitat de resistencia y a la contra, aunque poniendo el máximo cuidado en no transgredir las leyes y el Estatut, o intervendrá activamente en los pulsos españoles (de los que depende también el bienestar de los catalanes) sobre la reforma constitucional, política territorial, modelo económico y cuestiones sociales que previsiblemente acompañarán al esperado y próximo hundimiento electoral del PP de Rajoy?

De Elsa Artadi lo desconocemos casi todo salvo su tenacidad. Por no saber, ignoramos incluso si efectuará una ruptura respecto a los suyos e intentará ser realmente, discursos al margen, una presidenta de todos, los no independentistas incluidos. Hay otra cuestión clave: ¿quiere ser una presidenta de verdad o aceptará el papel de secretaria particular desde la distancia de Puigdemont? Tendría muy poca gracia que en este momento histórico en que la mujer empieza a ver reconocido su derecho a la igualdad aquí tuviésemos una lamentable reminiscencia de la subordinación del pasado en la mismísima presidencia de la Generalitat, de aquella que predestinaba al hombre a ser el médico y a la mujer a quedarse en enfermera.