Pequeño observatorio

El artículo se hace viviendo

JOSEP MARIA Espinàs

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Hace unos días me llamó un estudiante de periodismo para preguntarme cómo se hacía un artículo. Le respondí que los profesores seguro que se lo explicarían, pero él quería saber cómo lo hacía yo. Estaba informado. Sabía que empecé en 1976 a redactar un artículo cada día, y el profesor Casassús había dicho que hacía ya años que yo había batido el récord catalán de publicación de un artículo diario.

No sé si la palabra récord queda muy bien aplicada al ámbito de la escritura, aunque en este momento el récord quizá ya sea europeo. No tiene otro mérito que la constancia cotidiana; 35 años son, efectivamente, muchos años. La llamada del estudiante me hizo pensar en que el artículo diario hace ya mucho tiempo que forma parte de mi vida, y que ha influido en mi manera de mirar la vida y de pensar. Digo manera en el sentido de herramienta, de instrumento, con total independencia de los modestos resultados que haya dado mi hábito o entrenamiento.

He recordado al amable interrogador el epígrafe que encabeza siempre esta columna, Pequeño observatorio, que seguramente se ajusta a la realidad y responde a la pregunta de cómo hago yo estos artículos. Hay una parte técnica, por decirlo así, unas normas que creo que son válidas para todos los articulistas: intentar evitar frases demasiado complicadas; utilizar las palabras precisas, comprensibles para la mayoría de los lectores, y no convertir un artículo en una masa compacta de letras, sino introducir los oportunos puntos y aparte. El lector tiene que poder respirar. Pero esto son solo recomendaciones formales, que en otros géneros literarios no son siempre exigibles. Hay novelas y ensayos que pueden jugar con ritmos más lentos o párrafos más largos.

El artículo es un molde prefijado que debe llenarse, y no hay ninguna norma sobre cómo hacerlo. Cada articulista tiene su materia, su identidad, que es la manera personal de observar y de pensar. Afortunadamente, no hay dos articulistas –ni dos personas– que observen y piensen lo mismo. Probablemente, en mi caso, el artículo diario –que no tiene una temática exclusiva– debe haberme estimulado, o entrenado, a lo largo de tantos años, a ejercer la observación y a extraer alguna pequeña idea o conclusión de lo que se observa. Una modesta idea de artículo, sin más trascendencia.

En definitiva, amigo estudiante, un artículo se hace, al menos en mi caso, con lo que puede sugerirte el hecho de vivir.