IDEAS

Rubianes y Bozzo

Pepe Rubianes, en una imagen del 2003.

Pepe Rubianes, en una imagen del 2003. / periodico

Xavier Bru de Sala

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Joan Lluís Bozzo era el mejor amigo de Pepe Rubianes, pero el libro que ha escrito, 'Pepe i jo', es mucho más que la crónica de una amistad. Después de años de lidiar con la escritura, Bozzo ha dado con un estilo limpio, transparente, cercano, directo, desprovisto de estridencias y de transcendentalismo pero no de mirada singular. Le gusta rememorar lo que ha vivido, explicarse, él mismo y su entorno, y lo hace con la única pretensión de compartir la indulgencia y la ecuanimidad, no el candor, con el que observa y se explica.

Bozz y Rubianes son dos maestros en el arte de atrapar a los demás en una red invisible de complicidades

Rubianes y Bozzo son dos maestros en el arte de atrapar a los demás en una red invisible de complicidades. Rubianes era la encarnación de la simpatía. Bozzo es más adusto. Rubianes era disruptivo, Bozzo adaptativo. Rubianes fue un verso libre y Bozzo un verso incardinado. Rubianes rehuía la responsabilidad y Bozzo la asume. Ambos han contribuido a la cultura de este país de la manera más perdurable, que consiste en modular la psique colectiva con su personalidad. En los pasados decenios, el teatro ha marcado la sociedad catalana, mucho más que el cine, la novela u otra expresión artística. Es una anomalía, por supuesto, pero bienvenida sea.

Rubianes, con Bozzo al lado, y Bozzo, al frente de la factoría Dagoll Dagom, son enormemente populares. No en el sentido de famosos sino porque rompieron las barreras que circunscriben el teatro al público, ciertamente numeroso pero siempre insuficiente, de los fieles a la escena, en parte gracias a TV-3. Con ellos dos hemos ido pasando del "quién soy yo, cómo soy yo" de Espriu al qué somos nosotros, aquí y ahora. Sin ellos no seríamos exactamente como somos.

Más allá del doble fenómeno, el libro 'Pepe i jo', es una espléndida lección de cómo afrontar la muerte anunciada por una enfermedad grave. Nadie está libre de esta amenaza y pocos entre los desafortunados por esta lotería inversa saben afrontarla con entereza y dignidad. Como Pepe.