Dos miradas

Argumentos

El absurdo del planteamiento de Rajoy responde a una ceguera monumental

Rajoy, durante la rueda de prensa que celebró ayer en Madrid.

Rajoy, durante la rueda de prensa que celebró ayer en Madrid.

JOSEP MARIA FONALLERAS

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Rajoy ha dicho que el problema catalán no se soluciona con una reforma de la Constitución. Ante todo reconoce que hay un problema, lo que no es ninguna novedad pero indica que se trata, como no puede ser de otra manera, de un asunto extremadamente delicado para el Estado español. Si el problema es de este nivel, que lo es, y no responde a una vaga reivindicación cultural, un agravio ferroviario o a una lamentable financiación, entonces –reconocido por el propio presidente– estamos hablando de una disputa sobre la estructuración de las relaciones entre España y Catalunya, lo que, al menos desde una óptica española, solo tendría sentido de solucionar en el marco de una reforma de la Constitución.

Lo absurdo del planteamiento de Rajoy responde a una ceguera monumental. Al mismo tiempo afirmó que «no se puede hacer un referéndum para liquidar la soberanía nacional». Es que no se trata de eso. El referéndum –esta hipotética consulta– en todo caso preguntará a los ciudadanos si prefieren adscribirse a otra soberanía, y de eso, de la pregunta, no se puede deducir la respuesta, en el sentido de que ahora no podemos saber si se liquidará la soberanía española, porque corresponde al pueblo consultado decidirlo. Las últimas encuestas dicen a veces que sí y también dicen a veces que no. Solo lo sabremos a ciencia cierta si se puede llevar a cabo de verdad, sin acritud ni prejuicios. Con una campaña civilizada donde todos expongan argumentos.