INTANGIBLES
El 'arapaho' Águila Roja y la batalla del Banco Popular
Jesús Rivasés
Periodista
JESÚS RIVASÉS
Renzi fracasa en Italia, tiembla Europa y en España sigue el baile bancario. "Tú te crees todo lo que te cuentan -le dice a Águila Roja el jefe de la tribu Arapaho-. Si nos enfrentamos al Gobierno de Washington, los blancos acabarán con nosotros", le contesta el crédulo y paciente Águila Roja". Luis Valls Taberner, presidente del Banco Popular, empezaba así un artículo publicado en 'El País' el 20 de febrero de 1981. Valls abordaba la situación de la banca después de que el Gobierno de Adolfo Suárez aprobara la que para él era una "contradictoria liberalización bancaria", que enviaba a los banqueros "camino de la reserva".
Luis Valls (Barcelona, 1926-Madrid, 2006) no solo evitó "la reserva india" sino que convirtió al Popular en el banco más rentable del mundo en los años 90 del siglo XX. Fue la culminación de un proyecto bancario catalán en Madrid. El Popular, originario de 1926, sólo fue una pequeña entidad local hasta que, alrededor de 1945, varios financieros y empresarios catalanes que buscaban controlar un banco en Madrid tomaron, de forma más o menos amistosa, una participación importante en la entidad, que necesitaba más capital y nueva dirección.
El grupo catalán logró que fuera nombrado presidente Félix Millet Maristany. El banco mejoró, pero volvió a estancarse por la división en dos bloques del consejo. El catalán, que lideraba Maristany, y el madrileño, con el industrial Castellanos al frente. La bronca sigue hasta que en 1953, Millet descubre que su primo, el joven Luis Valls, quiere fundar otra caja de ahorros de Madrid. Millet le convence de que se olvide de las cajas y le ofrece entrar en el Popular. Los dos preparan la estrategia luego definida como "guerra de ocupación y pacificación del consejo", que dura hasta 1957, cuando Valls, con 31 años, controla la entidad, aunque no accede a la presidencia hasta 1972.
Luis Valls, miembro del Opus Dei, tildado de "banquero florentino" o de "cardenal renancentista", durante 47 años hizo un banco de autor hasta que en 2004, apremiado por su salud, cedió el testigo como sucesor a Ángel Ron, que acaba de ser descabalgado de la presidencia en otra pelea de accionistas, no sin que antes el banco sufriera con crueldad por inversiones inmobiliarias poco acertadas y el valor de sus acciones se hundiera. El mexicano Antonio del Valle, uno de los mayores accionistas que llegó a la entidad en una ampliación de capital, y la consejera independiente Reyes Calderón, también relacionada con el Opus, han liderado la revuelta que convertirá a Emilio Saracho en presidente de un Banco Popular que inicia otra era con el interrogante de si caminará hacia una "reserva", mantendrá la independencia o se integrará en un gigante bancario que no puede ser otro que el Santander (Ana Botín) o el BBVA (Francisco González). Desde el cielo de los banqueros, Valls, que pensaba en catalán, quizá recuerde a Águila Roja, porque no quedan "reservas" y nadie tiene que enfrentarse a un Gobierno que conoció los detalles cuando todo estaba hecho y, claro, dio el visto bueno.
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