Análisis

Apocalipsis zombi

Será una moción de censura o el primer acto de una campaña electoral

Rajoy, en un mitin del PP.

Rajoy, en un mitin del PP. / MANUEL LORENZO

Carmen Juan

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La legislatura está en coma, pero como a los malos de las películas, le cuesta mucho morirse. De hecho, lleva en coma desde antes de empezar y ha resistido, mal que bien, gracias al chute de adrenalina del 155 en Catalunya y el apoyo del PNV a los Presupuestosel apoyo del PNV a los Presupuestos.

Como la política española es cosa del más allá, lo de esta semana ha sido el apocalipsis zombi. Han resucitado los cadáveres del armario de Génova y en menos de 24 horas, Rajoy ha pasado de tener garantizado acabar la legislatura a temer por su poltrona con una moción de censura presentada por el PSOE tras la sentencia del 'caso Gürtel'.

La situación no puede ser más precaria para el PP que lleva una decena de años desgastándose por la corrupción y al que aún le esperan más de una veintena de juicios que serán igualmente sonados. Rajoy nunca debería haber llegado a la Moncloa con esa mochila, pero si unos lo han hecho mal, otros no han sabido hacerlo mejor.

Si se ha alcanzado un deterioro institucional y político tan grande, es por la terrible concurrencia de la falta de un proyecto y un liderazgo político solvente e ilusionante en el Gobierno y en la oposición, lo que nos ha llevado con resignación a lo malo conocido.

Atonía

La moción de censura de Pedro Sánchez nos ha sacado de la atonía y el PP ha reaccionado con rabia. El propio Rajoy salió a atacarle desde La Moncloa el viernes mismo, acusándolo de estar "buscando su lugar en la política española" y augurando "un desastre para España" con esa moción de censura de la que "no puede salir ningún gobierno viable".

Efectivamente, no es nada fácil. Pedro Sánchez reconquistó la secretaría general del PSOE hace apenas un año. Su partido está atascado en las encuestas, con poco que ofrecer cuando el debate político está monopolizado entre patriotas y nacionalistas de derechas que le han robado a la izquierda la merienda en plena crisis. Sánchez no tiene nada que perder, por eso se ha lanzado de cabeza a la moción sin encomendarse a propios ni a extraños y ha puesto en un brete al PP y sobre todo a Albert Rivera.

Ciudadanos, el partido clave para mantener o enmendar a Rajoy en la Moncloa, ha reaccionado a la sentencia de Gürtel con frases más propias de un amante despechado que de un liderazgo político: "Esto lo cambia todo", "Hay un antes y un después". También proponen que Rajoy convoque elecciones, cosa imposible tras presentarse la moción de Sánchez, o una moción de censura en su caso "instrumental", que podrá sonar bien pero no tiene letra.

Los 84 diputados del PSOE son un magro punto de partida para lograr los 176 necesarios y aunque Podemos se redima ofreciendo su apoyo sin contrapartidas, sin C’s es necesario sumar otros apoyos, entre ellos los independentistas. Será una moción de censura o el primer gran acto de campaña electoral. El PP ha sacado el megáfono, acusan a Sánchez de ser el "Judas de la política española". Prepárense porque oirán de todo durante la semana. Se diría que le temen, Sánchez está resultando ser como Rajoy, un superviviente.