IDEAS

Apiádate de mí, Mario

RAMÓN DE ESPAÑA

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Aunque no tengo el gusto de conocer personalmente aMario Vaquerizo, me consta que:

1.- Es un tío muy simpático al que todo el mundo quiere.

2.- Tiene una cara de cemento armado que, con la leve ayuda del maquillaje, le ha propulsado a la fama sin saber hacer prácticamente nada.

Mario es famoso porque es famoso, y hay que reconocer que ese mundo absurdo en el que vive con su mujer,Alaska, y sus amigos está a la altura del que se fabricó en su momento el granPee Wee Herman. El mundo deMario no tiene gran cosa que ver con la realidad; de ahí su gracia. El planeta puede verse azotado por todo tipo de catástrofes, queMario seguirá riendo a carcajadas, besando a todo el mundo y dirigiéndose al primer ser humano que le planten delante como amor mío, cariño o, ya puesto, chocho. Si uno se levanta de buen humor, el mundo deMariole parece formidable. Pero si te has levantado con el pie izquierdo, observarás que ese sujeto tan gracioso se te antoja un frívolo, un analfabeto y un mamarracho. Sobre todo si le da por ponerse a cantar.

No sé por qué insiste en mantener vivo a su grupo, las Nancys Rubias, donde nadie sabe componer, ni escribir, ni cantar ni tocar ningún instrumento. No lo necesita, pues le basta con su mismidad para seguir reinando en los platós. Empecinarse en el error resulta francamente ofensivo. Tres ejemplos:

1.- Nancys Rubias, teloneros de los New York Dolls. Una ofensa a uno de los grupos fundamentales de los 70 y a toda la historia del rock and roll.

2.- Videoclip en el Museo Liberace de Las Vegas, un lugar en el que quien esto escribe ha llorado, aunque nunca he sabido si de emoción o de risa.

3.- La versión deI don't care, estupenda canción del dúo nórdico Icona Pop queMariodestroza con saña. El videoclip deAmenábar-un supuesto homenaje aLa naranja mecánica, deStanley Kubrick- añade al insulto la afrenta.

Conclusión: por lo que más quieras,Mario, no cantes más.