Año de la edición

Durante este año 2015 hemos hablado mucho de la edición de genomas. En estas páginas lo hemos hecho tres veces como mínimo. Ahora la revista Science lo ha declarado descubrimiento del año. Como muchas novedades interesantes, no ha estado libre de polémicas. Es muy probable que sigamos hablando de ello en los próximos meses.

La edición de los genomas es una técnica que permite modificar de forma dirigida los genomas utilizando sistemas que están basados en cómo las bacterias infectan otros organismos o cómo se protegen de la infección por virus. El más conocido es un sistema llamado CRISPR-CAS9 que corta el ADN en un lugar muy preciso. A la bacteria le sirve para desactivar virus pero a nosotros nos permite modificar el ADN de una célula o introducir un ADN externo donde queramos. Se ha demostrado que permite modificar animales, plantas e incluso células humanas abriendo en cada caso todo un abanico de discusiones. Hemos hablado de cerdos, de mosquitos, de si las plantas editadas son transgénicas y de si tenemos derecho a modificar los genomas humanos.

Con todo este revuelo se han disparado otras discusiones. Una de ellas es quién se lleva el premio del descubrimiento. Y este premio puede ser de dos tipos. Uno de ellos es el Premio Nobel. Ya se habló este año y hay dos candidatas que son las que publicaron el artículo inicial en el año 2012, Jennifer Doubna, de la Universidad de Berkeley, y Emmanuelle Charpentier, investigadora francesa que ahora trabaja en Alemania. Pero ha habido otros grupos que trabajaron antes. Existen otros sistemas de edición genómica que también se están utilizando y sobre todo hay unas patentes que investigadores del MIT de Boston presentaron antes. Estos investigadores habían demostrado que se podía modificar el genoma de células humanas, han hecho mejoras en el sistema y se avanzaron en la patente. Berkeley y el MIT han puesto sus abogados a litigar sobre el tema. Y cuando hay abogados de por medio, incluso la Academia Sueca actúa con prudencia y prefiere esperar.