Anatomía de una remontada

Piqué celebra con Messi y Neymar el 3-0 del Barcelona al PSG en el Camp Nou.

Piqué celebra con Messi y Neymar el 3-0 del Barcelona al PSG en el Camp Nou. / periodico

JORDI PUNTÍ

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¿Por dónde empezar, cuando ya se ha dicho casi todo? Hasta que no llegue un nuevo partido -este domingo, contra el Dépor- tenemos derecho a regodearnos en la victoria ante el PSG. Hace unos años, cuando no había internet, llegaban domingos como el de hoy y los periódicos regalaban el vídeo de esos partidos espectaculares. Los coleccionábamos, pero ahora la colección es online y construida por todos. Cinco minutos después del final del partido, se podían ver en las redes sociales la reacción de Messi en el último golMessi , la foto icónica de ese momento, el gol de Sergi Roberto filmado con el móvil desde la segunda grada -como si de hecho todos estuviéramos en el campo...

Quizás podemos empezar con el titular del 'New York Times' para la crónica del partido: “Like a film”. Como una película, decían, tomando las palabras der Luis Enrique en la rueda de prensa. Los guionistas de Hollywood saben que, pasada la mitad de un filme, es necesario un giro argumental, un cambio que ponga al protagonista contra las cuerdas y renueve el interés del espectador. En el Camp Nou, este giro inesperado fue el gol de Cavani y, por su culpa, el Barça tuvo que remontar dos veces. Primero el 4-0 que venía de París y, luego, ese 3-1 momentáneo. Se puede decir, pues, que fue una remontada dentro de la remontada.

HITO EXTRAORDINARIO

Más tarde, el 4-1 abre siete minutos de locura, que avanzan con un crescendo también muy fílmico. He vuelto a verlos en frío. Neymar hace un gol majestuoso de falta, pero la emoción es contenida. Casi ni lo celebran. ¿Se lo creen todavía? Quedan tres minutos escasos para llegar a los 90... Después viene el penal, con la incredulidad incluida de los jugadores, que han visto de cerca la media comedia de Luis Suárez. Neymar chuta y marca en el minuto 90 y 8 segundos. Tampoco lo celebran mucho, no hay tiempo. Solo hay fe y cinco minutos añadidos.

Con los días, uno comprende que además de ser un hito extraordinario, que todos los equipos quisieran tener en su historia, fue un partido también muy extraño, atípico. El Barça jugó sin laterales. El gol de Suárez es de espaldas a la portería; la jugada de Iniesta en el segundo gol viene de un taconazo tan genial como desesperado. ¿Y Ter Stegen? Quizá debería haber empezado por aquí. Los últimos dos minutos el Barça juega sin portero. Literalmente. Ter Stegen está todo el tiempo en campo contrario, atento a rematar. Salva un balón 'in extremis', recibe una falta. De hecho, la jugada del gol final nace de esa falta. Ter Stegen se levanta y sube de nuevo a rematar. Su camiseta fucsia, en medio del área, es un toque de color estridente. Puede que los defensas franceses queden deslumbrados, hipnotizados, pero el reglamento no dice nada al respecto. Cuando Sergi Roberto marca, Ter Stegen corre a celebrarlo a su propia área. Es el instinto.

Liderada por Messi, esta generación de jugadores ha dejado huella en todos los registros. Ahora también tienen su remontada histórica. La recordaremos, reviviremos esa alegría desbordada, pero en la leyenda de este equipo será una extravagancia, un subcapítulo, como ese día en que uno pide ancas de rana en el restaurante. Porque hay que probarlo todo.