EL CIERRE
Alcácer otra vez
El doblete en Cardiff invita a analizar por qué no rindió a su verdadero nivel en Barcelona
Siete días y cinco goles después, aquí estamos, escribiendo de nuevo sobre Paco Alcácer. Confieso que, pese a elogiar sus condiciones y celebrar su convocatoria, no esperaba todo lo que ha ocurrido. Que estaba bien y que había recuperado la confianza saltaba a la vista; que iba a meter todo lo que tocara y que incluso se iba a atrever con una falta directa lejana en el 95’ para decidir un partido ya era otra historia. Llegados a este punto, y pese a que quizá no estuviera previsto, a Luis Enrique le sobran motivos para darle la titularidad en el encuentro ante Inglaterra que puede clasificar a España para la 'final four' de la Liga de las Naciones. A un delantero que las enchufa todas hay que ponerlo sí o sí, porque estos momentos de inspiración extrema, que son excepcionales en casi todos los mortales, hay que aprovecharlos cuando se presentan.
Lo que muchos se preguntan hoy es si este es el nivel real de Alcácer -y sí; más allá de estar enrachado, este es su nivel: es uno de los mejores delanteros españoles, el mejor si hablamos de remate al primer toque-. Y, en caso afirmativo, por qué no lo mostró en Barcelona. Yo sostengo que no es verdad que no sea un atacante para un equipo de esa magnitud. Pienso que, con continuidad, haría goles en cualquier parte. ¿Qué le sucedió entonces? La continuidad no la tuvo, la posición en la que más jugó estaba lejos de ser la ideal y sus primeros partidos de azulgrana coincidieron con una racha de acierto opuesta a la actual, lo que determinó que ni él tuviera la misma confianza ni el entorno lo viera como un delantero para el Barcelona, con todo lo que ello conlleva.
Valverde lo intentó
La continuidad no la tuvo porque coincidió con Suárez, que en realidad era el que le quitaba el sitio exacto -el de nueve de área-. Pero el jueves, sin ir más lejos, jugó fuera de su zona de confort, con Morata ocupando la posición de delantero centro puro, y él partiendo desde la izquierda. Brilló: anotó un doblete y rozó el 'hat-trick'. Valverde también probó esa solución de escorarlo a un costado en fase defensiva con la idea de tirar diagonales hacia posiciones de remate, pero, al tener a Iniesta en la izquierda y a Messi centrado, solo le pudo dar cabida en la derecha. Y no es lo mismo, porque para un rematador como él, diestro, lo más cómodo es, llegando desde una diagonal, partir del lado no natural para golpear a pie cambiado -como en el 0-1 de Cardiff-. Ni eso le ayudó a Alcácer en Barcelona: ni la posición alternativa para inventarle una solución táctica era la que mejor le venía.
Dortmund, lo decíamos la semana pasada, es un destino idóneo: no hay delanteros puros para hacerle competencia (están jugando ahí Reus o Philipp, que son más bien extremos), Jadon Sancho le mete varios centros por partido como los que más le gustan a él y su equipo ataca con verticalidad y sin pausa, proporcionándole muchas ocasiones de gol. Lo lógico es que acabe la temporada con cifras muy altas y que si el Borussia ejecuta la opción de compra parezca hasta barato.
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