El adiós de Clive James

El escritor, nacido en Australia, escribió el excelente 'Cultural Amnesia¿

JORDI PUNTÍ

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Hace unos meses hablaba de literatura con unos amigos de Australia y salió el nombre de Clive James, un autor nacido en 1937. Yo había leído un libro de ensayos y varios artículos suyos, bastante divertidos, y creía que era inglés, pero no: Se ve que nació en Australia y de joven se fue a Londres. Mis amigos me hablaron de su sentido del humor y de su obra prolífica. Yo sabía que además de ensayo había escrito poesía, crítica literaria y de televisión, pero me contaron que también era novelista y había hecho radio. Luego me dijeron: «Se está muriendo». Hacía poco, en la BBC Radio, él mismo había contado que sufría un cáncer de mal curar.

La curiosidad me llevó a Youtube, donde hallé muchos vídeos de Clive James. En los 80 había hecho una serie de documentales sobre ciudades del mundo, Postcard from..., Eran retratos de la sociedad, la cultura y los tópicos que definen a grandes capitales como Río, Shanghái o París, y destacaban por su tono didáctico e ingenioso. Son las características que definen su escritura, creo. Tiene un libro excelente, Cultural Amnesia, que recoge textos sobre personajes que le fascinaron. Son figuras muy distintas, desde Paul Celan a Hitler, Freud, Borges o Tony Curtis. Siempre empiezan en un tono como de biografía enciclopédica, pero pronto se desvían hacia sus intereses de autor, que mezcla recuerdos, lecturas, anécdotas e interpretaciones.

Ha pasado un tiempo desde que me dijeron que James se moría, pero parece que se acerca su fin. Hace unos días publicó un poema en la revista New Yorker con aires de despedida. Se llama Japanese maple y me hizo pensar en los últimos poemas de Robert Graves, ya que es un canto a la joya del instante, a la alegría de ver cómo las hojas rojas de un arce se colorean en la lluvia: «Una corriente final de colores vivirá / mientras mi mente muera, / quemada por la visión de un mundo que brilló / con tanta intensidad al final, y luego ya no estaba». Son palabras en las que se aprecia un adiós sereno, pero que a su vez invitan a saludarlo abriendo uno de sus libros, para conocerlo mejor.