Actor, no cantes, por favor

Johnny Depp, con un par de fans rusas, en el hotel Four Seasons de San Petesburgo.

Johnny Depp, con un par de fans rusas, en el hotel Four Seasons de San Petesburgo. / periodico

Ramón de España

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Kiefer Sutherland era un actor correcto -aunque siempre salía perdiendo si lo comparabas con Donald, su padre- al que las cosas le iban cada vez peor, pues se encaminaba a una carrera condenada a los videoclubs y los thrillers baratos para la televisión por cable, hasta que le tocó la lotería con el papel de Jack Bauer, protagonista de la trepidante serie '24', que le permitió aumentar su caché y convertirse en alguien importante, por lo menos en la pequeña pantalla. Cuando chapó '24', el hombre se embarcó en 'Touch' (una temporada y adiós) y 'Sucesor designado' (dos temporadas y hasta otra, Kiefer). Intentando explorar otros mundos, ahora le ha dado por cantar, y el 17 de este mes lo tendremos en la sala Bikini de Barcelona presentando su único disco hasta la fecha, 'Down in a hole' (2016). Por fidelidad a Jack Bauer, me he tragado el videoclip de 'Not enough whiskey', tema country correcto, pero que no aporta gran cosa al género.

El bueno de Kiefer no es el primer actor a quien le da por cantar. Ahí tenemos a Johnny Depp, líder de los Hollywood Vampires, al que se le ha puesto recientemente una cara de muerto viviente muy preocupante (parece que el alcohol y las drogas empiezan a pasarle factura). Como no ha grabado nada, no sé de que van los Hollywood Vampires, así que lo único bueno que puedo decir de él es que es fan del gran Shane McGowan. Y no nos olvidemos de David Duchovny, el agente Mulder de 'Expediente X', responsable de dos discos tan pulcros como innecesarios: 'Hell or highwater' (2016) y 'Every third thought' (2018). Ni del pionero del asunto, Bruce Willis, cuyo único álbum, 'The return of Bruno' (1987), fue la rechifla de la prensa especializada norteamericana, lo cual le quitó las ganas de insistir. Todo lo contrario que a David Hasselhof, el de 'El coche fantástico' y 'Los vigilantes de la playa', quien pasó de unas críticas criminales y grabó cinco discos entre 1985 y 2004 (el último, de villancicos).

Lo de dedicarse a cosas para las que a uno no le ha llamado Dios se da en todos los campos -pensemos en los espantosos cuadros de Bob Dylan-, pero con especial intensidad entre los actores. A algunos, incluso, la cosa les sale bien: el grupo de Jared LetoThirty seconds from Mars, triunfa con su repertorio pedante, aunque ir de emo a los cuarenta y pico resulte más bien ridículo.