La rueda

Un aburrimiento

CARLES SANS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

No sé si a ustedes les pasará igual que a mí, pero hay días en los que me hastían ciertos asuntos que en otro momento no me parecen especialmente cansinos, aunque sean cotidianos. Está claro que depende del humor, y aunque el mío no es de los que cambia excesivamente, muchas veces me aburre aquello que huele a visto y repetido, y les doy la espalda a asuntos que más tarde vuelven a interesarme porque en el fondo me gustan, aunque periódicamente me cargan. No sé si me explico.

Por ejemplo, la política es una actividad ineludible que me interesa y me agota en iguales proporciones. En esas segundas elecciones, en la calle se palpa una dicotomía parecida a la que intento explicar; es decir, la gente está aburrida de tanto enredo y palabrería política entre candidatos, y sin embargo los sigue porque son conscientes de que se está viviendo un momento crucial para un cambio que no acaba de llegar. Todos queremos que muchas cosas avancen mientras el sistema nos muestra que las cosas de la política van demasiado despacio, al menos para los impacientes, que creo que somos la mayoría.

De cara al 26- J detecto escasas esperanzas de que ocurra gran cosa. Ya nadie piensa en que un entendimiento resolutivo se vaya a producir, y alguno ya habla de terceras elecciones. ¿Se lo imaginan? ¿Otra vez empezar de cero mientras los problemas no se resuelven?

Después de haber decidido a quién voy a votar, tengo el plan de encerrarme entre las cuatro paredes de mi imaginación para soñar en lo me gustaría que ocurriese a partir del lunes. Pero la decepción, ese sentimiento que en política me acompaña desde hace algún tiempo, seguirá recordándome que nada es lo que parece. Solo confío en que las vacaciones disfracen de frivolidad el momento y hagan más llevadero lo que nos espera: un otoño en el que, vayan ustedes a saber, quiénes y cómo nos gobernarán.