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Blue Pottery: cerámica para polacos (catalanes)

Las piezas de cerámica artesanal de este negocio lograrían que la tetera de 'La Bella y la bestia' se convirtiera en la amiga fea

Blue Pottery.

Blue Pottery.

Abel Cobos

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Cuando la polaca Edyta llegó a Barcelona, se extrañó de que la cerámica de su país no tuviera más popularidad en la ciudad. Y no porque los catalanes sean un poco polacos, sino por el éxito que tenía en otras capitales europeas. Venía de vivir una temporada en Budapest, donde era un producto ampliamente importado y vendido. Vista su popularidad en la capital húngara, decidió traerlo a Catalunya y estrenó una web de venta postal de cerámicaPolish Pottery Spain.

Sin embargo, el negocio 'on line' no prosperó, en parte porque es un producto frágil y mucha gente tiene miedo de recibir una tetera a trozos y tenerla que montar a lo Ikea, pero principalmente porque "la cerámica y la porcelana son productos muy sensoriales. Responden al tacto: te enamoras al tocarlas, por el sonido que hacen, por su peso. Por eso no se deben adquirir por internet", según explica Gonzalo, un comprador habitual de cerámica.

Con esta idea en mente nació <strong>Blue Pottery</strong>, el pequeño local de Edyta en el barrio de la Ribera. Se dedica a la venta única y exclusiva de cerámica polaca hecha a mano por los artesanos de Bolesławiec (Polonia), una ciudad cuya tradición ceramista se remonta más allá de 1510.

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La tienda, con paredes de piedra marrón y muebles de madera castaña, contrasta con los blancos y azules de sus productos, que se consiguen gracias a los materiales con los que se fabrican. Mientras que en España se trabaja la arcilla roja, en Polonia los artesanos utilizan arcilla blanca, por lo que no es necesario teñirla. El azul, que se empezó a usar de forma más tardía a finales del XIX, se consigue gracias al cobalto, abundante en Bolesławiec.

LAVAVAJILLAS 'FRIENDLY'

Cada una de las piezas es diferente a las demás al estar hecha a mano. Aunque el diseño sea el mismo, todas tienen algún detalle que las hace peculiares. Para pintarlas, los artesanos utilizan unas pequeñas esponjas que tallan con los dibujos que estamparán cuidadosamente sobre la superficie, un trabajo que requiere más precisión que recomponer el tupé de Donald Trump cada mañana.

"Como la arcilla blanca es muy resistente, nuestras vajillas se pueden meter en el horno, en el microondas y en el lavavajillas sin problemas", asegura Edyta. Ideal para los canelones de Sant Esteve. Se acabó hornearlos en una bandeja de metal y que se rompan pasándolos a una más bonita para servirlos. Ya no tendrás que oír a tu suegra diciendo: "A mí ponme ese, el roto, el que ha quedado feo".

Blue Pottery abrió en el 2015, y desde entonces ha ido creciendo sin parar. "Muchas personas vienen a la tienda porque les han regalado una pieza de la vajilla y quieren comprar el conjunto", explica Edyta. La cerámica polaca es como las patatas Lay's: "¡No podrás tener solo una!".

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