Shoreditch: de barrio mugriento a alquileres de un millón de libras

Los 'grafiti' no engañan a nadie. Aunque quiere conservar cierto halo de bajos fondos, el lugar es el colmo del East End chic. A Redchurch Street le llaman incluso los avispados del márketing el Bond Street del Este de Londres. Una de las calles inexcusables para los que buscan moda de alta gama, con tiendas de ropa y mobiliario para la casa, dirigidas a los bolsillos pudientes de última generación. Lo que allí triunfa son creaciones a la medida de la fauna 'hipster' que ha trasformado el en otro tiempo paupérrimo y mugriento Shoreditch. Una clientela que ha disparado los precios de la zona, desplazando a buena parte del vecindario. Una nueva comunidad, como a ellos les gusta denominarse, con cafés y clubs privados, donde trabajar y relacionarse.

Ningún ejemplo mejor de esa radical transformación del barrio que Redchurch, la calleja más bien lúgubre donde hace ya un tiempo las jóvenes y desconocidas Tracey Emin y Sarah Lucas alquilaron un local para exponer sus primeras obras. Hoy los artistas han desaparecido ahuyentados por alquileres más y más prohibitivos y apartamentos de tres habitaciones que rozan el millón de libras. Los precios del mercado inmobiliario están subiendo aquí un 13% al año.

En Redchurch se han instalado firmas para esa nueva élite, como la francesa APC, la británica Sunspel, los vanguardistas Emin and Paul, Nudie Jeans, Margaret Howell, o la diseñadora de zapatos Tracey Neuls. Incluso Versace ha abierto local, no lejos de Modern Society, que es mitad tienda, mitad café. La cafeína y la tarta de naranja y almendra son el punto fuerte de Allpress Espresso Bar, propiedad de un neozelandés que está haciendo fortuna en esta parte de la capital.

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Para especiales, los experimentos de Mast Brothers, artesanos del chocolate, donde fabrican tabletas con sabores 'a la sal', 'al humo', al 'aceite de oliva', o 'a la leche de cabra»'. En Burro y Salvia es posible comprar pasta fresca para llevar a casa y justo al lado, en T2, un gigantesco establecimiento de tonalidades anaranjadas, se puede elegir entre 250 especialidades de té de todo el mundo. Barber & Parlour, que ocupa un edificio entero, está pensado para el relax. Los servicios de peluquería y belleza se combinan con un restaurante y posee además un cine, el Electric, hermano del de Portobello Road.

Por tener, la calle tiene hasta un hotel boutique, el Boundary, con 17 habitaciones decoradas en diversos estilos que llevan nombres como 'The Terence Conran Suite'. El hotel, en lo que fue un almacén victoriano, posee ultramarinos, restaurante, club de vinos y un bar en la terraza, que a pesar de la meteorología, abre todo el año.