estoy en parís

Una coctelería detrás de la lavadora

¿Qué le ha dado a la gente para hacer cola de noche en una lavandería? La respuesta es Lavomatic, lo que se lleva ahora en la capital francesa. «Hay quien viene a hacer la colada de día y no sabe que detrás hay un bar»

BAR CENTRIFUGADOLa puerta de entrada a Lavomatic está escondida tras una lavadora. El local está instalado en una calle próxima a la plaza de la República de París.

BAR CENTRIFUGADOLa puerta de entrada a Lavomatic está escondida tras una lavadora. El local está instalado en una calle próxima a la plaza de la República de París.

Eva Cantón

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Lo único que le delata es la cola que se forma a las puertas de la minúscula lavandería. Sorprende que la fila aumente a medida que avanza la noche, como si a la gente le hubiera entrado una pasión repentina por la colada nocturna. Pero una vez dentro empiezan a despejarse dudas. Nadie busca una máquina libre para meter la ropa, sino la que esconde la puerta de entrada a una coctelería. Superada la primera prueba, aparece una escalera negra por la que se avanza a ciegas, como en un rito iniciático, hasta desembocar en un espacio acogedor donde las pinceladas pop se mezclan con toques tropicales. La música es suave. El ambiente, cálido.

«Queríamos un local donde recibir a la gente como en el salón de casa. Luego pensamos que podía ser divertido el contraste de llegar a través de un sitio blanco, frío y un poco inquietante, como una lavandería», explica Marie Saulnier. «Hay gente que va a hacer la colada durante el día y no sabe que detrás hay un bar», continúa Marie, que junto a dos socios y amigos está desde hace año y medio al frente de Lavomatic, un bar oculto en una calle discreta próxima a la plaza de la República de París.

Bajo un techo con vigas de madera vista, en lo que antes era la primera planta de un restaurante africano, hay ahora guiños a Andy Warhol, columpios convertidos en asientos y taburetes con mensaje, como esta frase de Jean Luc Godard : «Cuando vamos al cine levantamos la cabeza, cuando vemos la tele la bajamos». Las paredes de yeso blanco del baño son aptas para el grafiti mientras a través del altavoz se oye la retransmisión en directo de una crónica radiofónica sobre la caída del Muro de Berlín.

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El bar se suma a la moda de los locales ocultos a la que se está apuntando la capital francesa. Algunos, como La CandelariaLa CandelariaMoonshiner La Mezcalería, se inspiran en los 'speakeasy' norteamericanos, esos lugares clandestinos que proliferaron durante la ley seca. Lavomatic se ve más como un local para iniciados. «En Francia no hubo esa cultura de la prohibición del alcohol. Pero un bar oculto se conoce por el boca a boca, y es esa faceta, la de estar escondido en la calle y ser un sitio discreto, la que buscamos», apunta Marie. De paso, proponen una carta original con toques de humor, por si uno quiere tomarse una naranja mecánica o un piedra-papel-tijera mientras abajo centrifuga la colada.