TEATRO

'Temps salvatge', Lolita en la sociedad del miedo

Josep Maria Miró nos zambulle en los males de hoy con un perturbador relato que triunfa en la Sala Gran del TNC bajo la dirección de Xavier Albertí

temps salvatge

temps salvatge / .43230557

Imma Fernández

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Un bosque misterioso, por donde se dice que transitan inmigrantes, y un bloque de pisos con piscina en una urbanización fronteriza. El vecindario ve perturbada su añorada tranquilidad por unas pintadas con mensajes amenazantes: "Volveremos para violar a vuestras mujeres". Asistimos, en la Sala Gran del Teatre Nacional de Catalunya, al gran salto de uno de los autores más refrescantes e incisivos de la dramaturgia catalana reciente: Josep Maria Miró, estupendo diseccionador del miedo y la desconfianza, que se instala incluso en los seres más cercanos.

El autor de 'Nerium Park' y la celebrada 'El principi d’Arquimedes' vuelve a zambullirnos con 'Temps salvatge' en un baño de realidad: xenofobia, violencia machista, fake news, podredumbre moral… Excelente y turbador retrato de esta sociedad que nada a contracorriente de la convivencia, ha contado con la sabia dirección de un Xavier Albertí que ha acertado a darle a la tensión dramática que tan bien maneja el autor una pátina de thriller cinematográfico, apuntalada por la magnífica escenografía de Lluc Castells y la inquietante música compuesta por el propio Albertí para un cuarteto de cuerda.

Entremos en la comunidad de Miró. A la vista, cuatro apartamentos con las vidas encajonadas de un grupo de vecinos y la zona de piscina. Escenario perfecto para el voyeurismo de inspiración hitchcockniana que se desata con la llegada del personaje con más magnetismo de la obra. Es Ivana, una adolescente que esconde su trauma bajo el disfraz de Lolita descarada y desbocada.

MAGNÉTICA MANZANARES

La televisiva Laia Manzanares ('Merlí') borda el papel, que funciona como contrapunto y detonante de las miserias y los monstruos que ocultan los adultos. "¿Es este un lugar bonito para vivir?", dispara la joven, blanco de las miradas y deseos insatisfechos de esa colectividad que busca un enemigo exterior para culpabilizarle de sus miedos y vilezas, y es incapaz de discernir entre la bondad y la amenaza.

El peligro que dicen se cuela por las puertas mal cerradas habita dentro. Hay en el relato ecos de 'La manada' –Miró lo escribió antes de estos hechos, a partir de unos delitos sexuales cometidos en Bonn y erróneamente atribuidos a simpapeles– y retazos de la desconfianza marital que provoca la tragedia en la magistral 'Mystic river', de Clint Eastwood.

PREJUICIOS Y SOSPECHAS

Aparte de la espléndida Manzanares, destacaremos en un reparto coral con grandes figuras la fuerza interpretativa de Míriam Iscla, combativa directora de colegio y aspirante a alcaldesa que se niega a suspender una fiesta en el polideportivo por los prejuicios xenófobos. Eduard Farelo, Carme Elias, Manel Barceló, Borja Espinosa, Sara Espígul, Marina Gatell, Alicia González Laá y Malcolm McCarthy completan el elenco.

No es fácil que el teatro de texto llegue diáfano a toda la inmensa platea de la Sala Gran (he aquí uno de los peros) y el innecesario epílogo moralista impide un cierre más redondo con la impactante escena previa, que atraviesa el alma.