Teatro

Rompecabezas genial en el TNC

'Que rebentin els actors' supone el estreno del dramaturgo uruguayo Gabriel Calderón en el TNC. La obra de la Sala Tallers va siempre con viento a favor: texto poderoso, enorme reparto y ritmo trepidante

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José Carlos Sorribes

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Los actores, seguro, revientan. Menudo tute se pegan durante hora y media. Como si fueran a bordo del Dragon Khan. Y el público también acaba exhausto ante la avalancha que le cae encima en la Sala Tallers con el formidable montaje del uruguayo Gabriel Calderón, Que rebentin els actors. Obra que ha llegado al TNC después de un lustro de exitosa gira por Sudamérica.

Antes que nada una aclaración. Esos actores que han de reventar del título son los protagonistas de un periodo negro de la historia de Uruguay. El título alude a una frase del expresidente José Mujica sobre cuándo se cerraría el pulso entre víctimas y verdugos de la dictadura que sacudió el país entre 1973 y 1985. «Ya lo dije, tienen que reventar Bordaberry [presidente elegido en 1971 y golpista en 1973], yo, todos los actores para que las cosas trasciendan en su justa medida. Todavía falta un tiempo pero no mucho».

Esta sentencia inspiró a Calderón, aunque no sitúa el montaje en su país al trascender de un entorno concreto, para construir un poderoso texto de muchas capas, con la memoria como eje vertebrador. Una obra sobre la necesidad de mirar atrás, de conocer secretos de otros tiempos, una inmersión en el pasado en busca de respuestas a preguntas no siempre fáciles. Anna (Bruna Cusí) protagoniza ese afán casi enfermizo por desnudar silencios familiares que la torturan. Cuenta para ello con la ayuda de su novio, Tadeu (Francesc Ferrer), un inventor genial bobamente enamorado.

Él tiene entre manos una máquina del tiempo que permitirá que los antepasados de ella viajen como 'muertos vivientes' a la cita de la cena navideña. La ciencia ficción irrumpe, de la mano de la escritura de Calderón, con absoluta naturalidad, como lo hacen todos los familiares de Anna por la puerta del comedor de un modesto piso: el abuelo materno, Antoni (Jordi Banacolocha); la madre, Graciela (Lina Lambert); el padre, Jordi (Albert Ausellé); el tío Josep (Sergi Torrecilla), y la abuela paterna, Júlia (Imma Colomer). Josep es, además, un personaje demiurgo, al ejercer de narrador de una historia troceada en saltos temporales. Componen el rompecabezas de una azarosa existencia familiar en la que conviven luchas idealistas –la de los hermanos Jordi y Josep–, vidas perdidas como la de la madre, actitudes conformistas como la del abuelo Antoni o el escapismo etílico de la abuela Júlia.

Pero que nadie se lleve a engaño. 'Que rebentin els actors' habla de cosas serias pero lo hace salpicada de risas. Calderón tiñe de humor negro un ejercicio teatral sobre lo complicado que resulta recuperar el pasado a la carta, como pretende la treintañera Anna para moldear su identidad. Si bien la máquina del tiempo de su novio permite un reencuentro momentáneo con unos antepasados que regresan divertida/grotescamente deformados, no pasará las cuentas que la joven pretendía.

La entrega total de un enorme y cohesionado reparto redondea la que es  una de las propuestas más estimulantes del curso en el teatro público.