cine

Los dinosaurios no se extinguen

J. A. Bayona estrena 'Jurassic world: El reino caído', la quinta entrega de la saga creada por Steven Spielberg hace 25 años. Hay bestias prehistóricas para rato

Película 'Jurassic World: El reino caído'

Película 'Jurassic World: El reino caído' / periodico

Nando Salvà

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Tiene sentido que J. A. Bayona fuera el elegido para dirigir 'Jurassic world: El reino caído', quinta entrega de la célebre saga que Steven Spielberg creó hace 25 años: a lo largo de su carrera, por su astucia combinando espectáculo y sentimentalismo, el barcelonés se ha confirmado como un aplicado discípulo del rey del 'blockbuster'. Y por eso hay motivos para confiar en que la nueva película, que hoy llega a los cines, se parezca más a 'Parque jurásico' (1993) que a cualquiera de las tres secuelas que la sucedieron.

Hasta la fecha la saga de los dinosaurios ha recaudado unos 3.500 millones de euros en todo el mundo, y ha puesto en evidencia una fascinación colectiva por las bestias prehistóricas que tal vez resulte incomprensible pero en todo caso no da muestras de extinguirse. Y ambos logros serían impensables sin el camino abierto por la película que lo empezó todo. Cuando 'Parque jurásico' llegó a los cines, las imágenes generadas por ordenador seguían generando recelo; no había confianza en el bien que podían hacer a la industria o a la taquilla. Y por eso el rostro de estupefacción mostrado en aquella película por Sam Neill y Laura Dern al toparse con un enorme braquiosaurio que comía de un árbol era un espejo perfecto del nuestro al contemplarles. En ese momento, equiparable a la primera bombilla encendida o la primera llamada telefónica de la historia, quedó claro que el cine no volvería a ser lo mismo.

{"zeta-legacy-image-100-barcelona":{"imageSrc":"https:\/\/estaticos.elperiodico.com\/resources\/jpg\/3\/7\/1527865521173.jpg","author":null,"footer":"Chris Pratt y\u00a0Bryce Dallas Howard, en 'Jurassic world: El reino ca\u00eddo'."}}

Dos años después, se estrenaron la primera película de acción real protagonizada por un personaje creado por ordenador -'Casper'- y la primera película de animación completamente digital -'Toy story'-. Entre 1996 y 1998, la nueva herramienta permitió a Hollywood incorporar ciudades destruidas, ejércitos de criaturas y espectaculares actos de Dios en títulos como 'Independence day', 'Twister', 'Mars attacks', 'Titanic' y 'Godzilla'; y en 1999 -el año de 'La momia', 'La amenaza fantasma' y 'Matrix'-, la tecnología digital dejó de ser un mero complemento para convertirse en razón de ser de películas enteras.

Al final de la película, tras experimentar el caos provocado por las bestias que él mismo había clonado, el doctor Hammond (Richard Attenborough) llegaba a la conclusión de que el centro de ocio que había ideado no debía abrir sus puertas jamás. Su intento de embotellar la naturaleza y vendérsela a los turistas había sido un error fatal. Humanos y dinosaurios no habían sido puestos en la Tierra para convivir. Spielberg, en todo caso, prefirió hacer caso omiso al mensaje y mantener el parque abierto. Y quizá eso explique qué decepcionantes resultaron 'El mundo perdido' (1997), interesada sobre todo en funcionar como remedo de 'Godzilla', y 'Parque jurásico III' (2001), que en ningún momento ofreció más explicación a su propia existencia que el afán por hacer caja.

FAUNA PREHISTÓRICA INSTALADA EN LA CULTURA POP

Para el público, es cierto, todo eso pareció no ser un problema. La fauna prehistórica siguió instalada en la cultura pop. Y gracias a ello la cuarta entrega de la saga, 'Jurassic world' (2015), se convirtió en la cuarta película más taquillera de la historia a pesar de que -o tal vez debido a que- ejemplificaba a la perfección el peor vicio del Hollywood actual: su empeño por convencernos de que más significa mejor y de que ni una sola de sus escenas era capaz de ponernos los pelos de punta como lo hizo la película original.

Y es que, en última instancia, lo que hoy sigue deslumbrándonos de 'Parque jurásico' (1993) no son sus efectos especiales sino la capacidad para hacernos clavar las uñas en la butaca cuando vemos imágenes como la irrupción en escena del mítico T-Rex. Y eso es algo de lo que ha tomado buena nota Bayona -según sus propias palabras, 'El reino caído' es ante todo una película de terror-, y que deberían tener presente todas las películas 'jurásicas' que seguirán estrenándose regularmente mientras el público quiera o, en otras palabras, hasta que un gran asteroide nos borre de la faz de la Tierra.

TEMAS