TEATRO

Toni Moog se pone a mil

El humorista encadena 10 años subiendo al escenario del Capitol y batirá el récord de funciones de Rubianes con un monólogo centrado en el mundo del cine

TONI MOOG SE PONE A MIL_MEDIA_2

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David Torras

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En el mural de tatuajes que envuelve a Toni Moog, donde es difícil o imposible encontrar un hueco donde hincar la aguja, destaca una leyenda en latín que utiliza en su wasap: "Testis non est iudicare. Da mihi factum dabo tibi us iuria nobit curia". "Al testigo no le corresponde juzgar. Dame los hechos y te daré el derecho", traduce este artista, acostumbrado a que, precisamente, le juzguen a todas horas por su aspecto.

Le trae sin cuidado, incluso cuando le miran de reojo y con gesto inquieto al verle de la mano con una niña rubia angelical. Es su hija. "Mucha gente debe pensar que la he secuestrado", bromea sobre sí mismo, uno de sus juegos preferidos, y que le lleva a poner pocas barreras a la frontera del humor en ese debate permanente de si vale todo con tal de hacer gracia.

"Creo que estamos retrocediendo en el tiempo, que cada vez tenemos la piel más fina y que se impone mucho la autocensura. No te puedes meter con los veganos porque te machacan, si haces una broma sobre las mujeres eres machista, con los inmigrantes eres racista... A mí todo esto me da un poco igual. Me parece triste perder el sentido del humor", proclama.

Toni Moog no engaña, y su carta de presentación, sobradamente conocida, es el argumento para no cortarse un pelo. "Soy el primero que se mete conmigo, así que tengo licencia para hacerlo con los demás. Me meto con todo el mundo. La gente que viene a verme ya sabe lo que se va a encontrar: un tío que hace cachondeo de todo, así que al que no le guste o se sienta incómodo, que no venga".

EL RÉCORD DE RUBIANES

Y hay mucha gente que va a verle. Desde hace años. En el Capitol, su casa, lleva una década ininterrumpida dando espectáculo. Ahora, su nuevo proyecto, Hollymoog le permitirá alcanzar y superar las 1.000 representaciones (300.000 espectadores), batiendo la marca de un mito como Pepe Rubianes.

"Es un récord no buscado. Tengo el máximo respeto y admiro muchísimo a Rubianes. De hecho, el año en que murió, cuando yo llevaba 36 semanas seguidas con la obra, paré como un signo de respeto hacia él, que tenía también el récord de estar 37 semanas. Ya lo haré otro año, me dije. Y será ahora. Pero Rubianes seguirá siempre ahí, en lo más alto".

Esta vez, Toni se va a Hollywood sin moverse del escenario, acompañado de Miky McPhantom, «un gran cómico», que adornará con sonidos y onomatopeyas el irreverente paseo por el cine. "De las películas de todo tipo, pero también del eMule, de Netflix y de los 90 euros que te cuesta ir al cine con las palomitas, más caro que otros vicios". Su gran vicio, además de los tatuajes, es hacer reír. Sin límites.