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'Maggie's plan', delicias antirrománticas

La nueva comedia de Rebecca Miller orquesta enredos sentimentales entre la bohemia neoyorquina

'Maggie's Plan', delicias antirrománticas

'Maggie's Plan', delicias antirrománticas / periodico

Nando Salvà

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Considerando que las comedias románticas dignas son una especie en peligro de extinción (es difícil encontrar una que no te haga encoger por la vergüenza ajena), 'Maggie's Plan' es como un oso panda: inteligente, condenadamente divertida y capaz de retratar un puñado de personajes petulantes sin caer ella misma en ese pecado.

El pijerío intelectual neoyorquino es una tribu diseñada ergonómicamente para la sátira, o al menos así lo ha demostrado últimamente el cine de Noah Baumbach. En ese sentido no resulta casual que ahora la directora Rebecca Miller haya contado con Greta Gerwig, musa de Baumbach, para dar vida al típico papel de joven leída pero del todo confundida y en todo caso encantadora, A estas alturas, la actriz podría interpretar este rol mientras hace la siesta (en algún momento, es cierto, Gerwig debería plantearse un recalibrado).

Maggie no tiene un plan sino muchos, para casi todo, pero a lo largo de la película aprenderá que la vida siempre nos pilla con el pie cambiado. Quiere tener un bebé y, harta de no un tener novio que valga la pena, selecciona al donante de esperma ideal; pero, justo cuando está a punto de dar el paso, entra en su vida John (Ethan Hawke) y entonces elabora una nueva táctica vital en torno a él. Cuando esta tampoco funciona, Maggie urde un tercer plan del que nada podemos decir excepto que incluye a Georgette (Julianne Moore en uno de los papeles más desternillantes de su carrera).

ENREDOS 'HIPSTERS'

A partir de esta premisa, Miller elabora una versión 'hipster' de una comedia de enredo clásica sobre las presiones que la pareja y la familia nos imponen. 'Maggie's Plan' nos recuerda que el amor nos hace felices pero que también nos hace miserables; que los hijos rompen todos tus esquemas sobre lo que significa ser adulto; que las comedias románticas son una falacia y que todos somos gente irremediablemente egoísta.

Las pretensiones de la progresía acomodada, sus neuras y sus problemas del primer mundo pueden llegar a resultar exasperantemente narcisistas, pero también suelen ser francamente divertidos si los contempla la persona indicada. Miller, hija del dramaturgo Arthur Miller y esposa de Daniel Day-Lewis, conoce perfectamente a esa intelectualidad que vive en apartamentos con muros de ladrillo visto y solo come pollo si es de campo, y permite que sus personajes retengan su humanidad sin perder la ocasión de reírse con mala baba de su esnobismo. Eso es lo que los hace tan disfrutables y lo que ayuda a explicar por qué 'Maggie's Plan' es como muchas otras películas, pero mucho mejor.

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