CINE

'Demasido cerca': sobrevivir al infierno a zarpazos

El debut de Kantemir Balagov es un demoledor retrato de tensiones religiosas y traumas entre las ruinas del imperio soviético

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Nando Salvà

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Una explosiva mezcla de presiones religiosas y sombrías realidades políticas se cobra altos peajes personales en esta demoledora visita a los podridos restos del imperio soviético. Cercana en espíritu al cine social de los hermanos Dardenne y al del rumano Cristian Mungiu, la ópera prima de Kantemir Balagov se sitúa en 1998 en Nalchik -localidad del Cáucaso que hace al barrio de Las 3.000 viviendas parecer Pedralbes- para sumergirnos de forma violenta en una maraña de dilemas morales. En su centro encontramos a Ila, algo así como una 'outsider' en la cerrada comunidad judía a la que pertenece.

El primero de esos dilemas tiene lugar cuando el hermano de la joven, David, es secuestrado junto a su novia; el vecindario logra reunir el dinero para el rescate de únicamente una de las víctimas, y se decide que la liberada sea la chica.

A partir de ese momento Ila verá cómo, en sus propósitos de traer a David de regreso, su familia una y otra vez intenta anularla y someterla, llegando incluso a tratar de abocarla a un matrimonio pactado.

Tiene sentido que el título original de la película, 'Tesnota', se traduzca a nuestro idioma como "opresión". Escena a escerna, Balagov genera claustrofobia tanto a través del aplastante universo que retrata como de una puesta escena que aprisiona a los personajes en diminutas viviendas y angostos pasillos.

A pesar de las limitaciones espaciales, eso sí, la película logra ofrecernos un retrato social sorprendentemente denso, en el que a un lado está la minoría judía y al otro la comunidad musulmana de los cabardinos. A ella pertenece Zalim, el paleto que Ila tiene por novio. Y como telón de fondo de ese choque cultural encontramos el trauma colectivo que ha marcado la historia reciente de las antiguas repúblicas soviéticas, aquí ejemplificado en una escena en la que Zalim y sus amigos, hasta las cejas de crack, ven por la televisión unas horripilantes imágenes snuff en las que un grupo checheno tortura a soldados rusos.

CRUELDAD Y DESESPERACIÓN

Ila sobrevive a la crueldad y la desesperación que la rodean con una tenacidad y una fiereza que la asemejan al rugiente león que lleva en la espalda de su chaqueta vaquera. La actriz Darya Zhovnar ofrece una combinación de intensidad explosiva con desarmante vulnerabilidad y de ternura con brutalidad que son también la gran baza del filme en su conjunto, una obra que sacude y deslumbra con cruda energía, derrochando fealdad y belleza a menudo de forma simultánea.