Poesía desde el campo de batalla

Las cartas que dan título a 'Cartas de la guerra' tienen pedigrí: se las escribió António Lobo Antunes a su primera esposa entre 1971 y 1973, mientras cumplía el servicio militar en Angola y antes, por tanto, de convertirse en uno de los grandes novelistas portugueses vivos. Publicadas por las hijas del autor en el 2004, las misivas ofrecen una visión extremadamente personal de un periodo oscuro en la historia de un país que, a diferencia del resto de Europa, mantuvo sus colonias africanas hasta bien entrados los años 70, y que para ello combatió contra guerrillas y milicias de forma sangrienta.

Leídos en voz alta a lo largo de la película, los textos empiezan expresando el dolor por la separación y luego, con el paso del tiempo, se van convirtiendo primero en una contundente crítica de la dictadura portuguesa, que envió a tantos soldados a morir, y después en un conmovedor alegato antibelicista.

En el proceso, asimismo, 'Cartas de la guerra' ya revela el tipo de lenguaje de poder descriptivo avasallador, e intelectualmente denso, pero al mismo tiempo generoso evocando atmósferas y emociones, por cuyo dominio es aclamado hoy Antunes. Al articular la narración poniendo esas palabras no en la boca del joven soldado al escribirlos sino en la de su esposa al leerlos, el director Ivo Ferreira crea una poderosa sensación de fusión sentimental entre dos amantes que tratan de sobrevivir a la distancia.

ILUSTRAR EL SINSENTIDO

¿Qué vemos mientras oímos esos pensamientos íntimos? Sugerentes imágenes en blanco y negro que capturan tanto momentos de tediosa espera, intoxicados por el calor y los mosquitos, como escenas que ilustran con precisión el sinsentido de la guerra -masacres en aldeas locales, fusilamientos de rebeldes angoleños-. A veces texto e imagen avanzan en sintonía; una voz nos describe la pérdida de una pierna por parte de un soldado y al mismo tiempo vemos la amputación con impactante detalle. Pero Ferreira también incluye momentos de divergencia, en los que lo que vemos ocurre indiferente a lo que oímos. ¿Trata así de evocar las asociaciones libres de ideas que las cartas provocan en la mente de su receptora? ¿Es más bien una forma de reflejar cómo el lapso inevitable que transcurre entre el envío de una carta y su recepción altera el modo de recordar los acontecimientos?

Sea cual sea la respuesta, 'Cartas de la guerra' es una obra memorable por su modo de armonizar el realismo de su asunto con la experimentación de su forma, y una página negra de la historia de Portugal con la conciencia de un hombre capaz de encontrar la belleza y la esperanza hasta en medio del horror, y que se expresa con la convicción de que la expresión literaria de su naturaleza romántica será parte integral de toda su existencia. En suma, la película bélica más poética del mundo.