A TODO GAS

Cita con Peter Terrin sin Peter Terrin

Una fuerte migraña impidió al escritor flamenco asistir a la presentación de su esperado nuevo libro, 'Montecarlo'. Aun así, fue un éxito

presentación Montecarlo, de Peter Terrin

presentación Montecarlo, de Peter Terrin / periodico

Imma Muñoz

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Corría 1965 cuando la revista 'Esquire' encargó a Gay Talese una semblanza de Frank Sinatra. El periodista tenía apalabrada una entrevista con el cantante, pero a este se le subieron a la cabeza los efluvios de estrella (aunque su representante intentara disfrazarlos de mocos de resfriado) y no quiso recibirle. De esa negativa surgió el reportaje que encumbró al plumilla estadounidense al Olimpo de los mitos del periodismo: 50 páginas explorando cada rincón del divo sin haber intercambiado una sola palabra con él.

El sábado, en la librería Documenta, la crítica literaria Anna Maria Iglesia, la editora Laura Huerga, los periodistas especializados en motor Valentí FraderaÀlex Vergés y Jordi Camp y un  puñado de lectores se marcaron un Talese a cuenta de Peter Terrin. El autor de 'El vigilante' y 'Post Mortem' tenía que haber estado allí hablando de su último libro, 'Montecarlo', que acaba de publicar, en castellano y catalán, Rayo Verde/Raig Verd, pero una migraña terrible, de esas que incapacitan, le impidió salir del hotel. Su mujer, Valeria, estaba desolada; su editora, Huerga, también, pero Iglesia metió primera y, con un aguda observación sobre el contraste entre la fecha elegida para situar la historia, el revolucionario mayo del 68, y el escenario en el que sucedía, el Gran Premio de Fórmula 1 de Mónaco, epítome del lujo en la acepción RAE (esa que algunos quieren cambiar) y el acartonamiento moral, nos puso a todos a dar vueltas por el circuito literario creado por Terrin. Al fin y al cabo, si el propio escritor ya había dicho, en la presentación de 'Post Mortem', que lo único que necesitan los lectores para conocerle es leer sus libros, los asistentes podíamos suplir su ausencia buscando sus huellas en las marcas de tinta sobre el asfalto.

{"zeta-legacy-image-left-barcelona":{"imageSrc":"https:\/\/estaticos.elperiodico.com\/resources\/jpg\/0\/6\/1521044496460.jpg","author":null,"footer":"Peter Terrin, en el 2016.\u00a0JOSEP GARCIA"}}

¿Conclusiones? Le obsesiona el tema de la percepción, cómo interpretamos lo que nos rodea y cómo adaptamos esa lectura a lo que necesitamos creer. El protagonista de 'Montecarlo', Jack Preston, un chico de pueblo que ha llegado a mecánico de Lotus, anda buscando la entrada al mundo de oropeles que ha descubierto en los circuitos de fórmula 1. La fortuita explosión de un bólido en la pista puede abrir el agujero por el que colarse: Deedee, la actriz del momento, pasa junto al coche, en el que está trabajando Jack, cuando este estalla, y el joven salta sobre ella y la protege con su cuerpo. La estrella de cine sale sin un rasguño: el mecánico arde en su lugar. A partir de aquí, una historia de cicatrices, cegueras de varios tipos y reconocimientos que no llegan. ¿Soy o no soy un héroe?

ERUDICIÓN AUTOMOVILÍSTICA

«Terrin no ha incluido en el libro la fórmula 1 porque sí: se nota quele interesa». Lo dijo Valentí Fradera, que fijó las conclusiones 2 y 3 de una tacada:Terrin es un apasionado del motor (2) y nunca da puntada sin hilo (3). «Me di cuenta al ver que se refería a Lotus como los garagistas, el término que usaban despectivamente en Ferrari para referirse a los ingleses porque no eran constructores como ellos», añadió el periodista. «Minipunto para la traductora, Maria Rosich», aprovechó para reivindicar Huerga. Y es que hubo consenso en que la traducción, y eso es marca de la casa en Rayo Verde/Raig Verd, es excelente.

El que no recibió el visto bueno de los expertos fue el ilustrador: «El de la portada no es el Lotus 49», coincidieron en señalar los tres. Cualquiera les engañaba:en un momento desplegaron una erudición automovilística que atrapó al público. Señalaron detalles como el juego con los nombres de los pilotos que aparecen en el libro, o el hecho de que tenga 80 capítulos [a mí me salieron 81], tantos como vueltas tenía el circuito de Mónaco entonces; y relataron anécdotas como el estupor del público al ver que los colores nacionales que decoraban los bólidos eran sustituidos por los logos de los patrocinadores («entraron en 1968, el año en que se sitúa el libro», destacó Fradera) o la negativa de la BBC a retransmitir una carrera porque uno de los coches hacía publicidad de Durex, lo que nos muestra hasta qué punto hemos cambiado y nos hemos dejado la candidez por el camino. ¡Si resulta que Bernie Ecclestone empezó como mecánico!

{"zeta-legacy-image-left-barcelona":{"imageSrc":"https:\/\/estaticos.elperiodico.com\/resources\/jpg\/6\/8\/1521045219786.jpg","author":null,"footer":"'Montecarlo', de Peter Terrin Rayo Verde\/Raig Verd 224 p\u00e1ginas. 18 \u20ac"}}

A esas alturas de la mañana, no diré que la presencia de Terrin era casi accesoria, porque entre el público había fans con ganas de conocerle (Huerga se llevó muchos libros con el compromiso de devolverlos autografiados) y plantearle las preguntas a él directamente, pero los ponentes habían sido como un chute de codeína para esa inoportuna migraña. Y es que el encuentro estaba predestinado a ir bien: la Documenta tenía que ejercer de taslismán. Su copropietario, Eric del Arco, es hijo de Javier del Arco, un periodista que dedicó 40 años a divulgar el automovilismo a través de las revistas Fórmula 1 y 4 tiempos, y de libros sobre la historia del circuito de Montjuïc. «Por los libros de mi padre yo entré en esta librería», había dicho Eric al inicio del acto. Ay, si Talese le hubiera conocido. —

TEMAS