¿Qué dicen las estrellas?

Fotografía en movimiento de un instante de paz: estirados en la hierba, con la ciudad entera dormida, miramos al cielo y acompasamos la respiración con el vaivén de las estrellas. ¿Que no las ves? ¿Que entre la contaminación lumínica y la otra no hay quien siga la estela de nada? ¿Que la hierba de Barcelona, con tanto perro, no es muy de fiar, y que aquí, además, siempre hay alguien despierto? Pues pasemos al plan B. 

Un plan B realmente estelar sería repetir la operación en el desierto de Atacama, por ejemplo, pero como nos queda un pelín retirado podemos optar por algo más terrenal: abrir el atlas de Susanna Hislop y Hannah Waldron y, a través de los textos de la una y las ilustraciones de la otra, reseguir las 88 constelaciones que componen el firmamento al tiempo que buscamos el sosiego en las historias que contienen. Una manera diferente, no tan científica como poética, de descubrir el cosmos y de tener pedacitos de cielo en las manos. 

CAPRICORNUS

CABEZA DE CARNERO Y COLA DE PEZ

De la mano de Hislop y Waldron las constelaciones nos cuentan historias, protagonizadas por los personajes que podemos dibujar uniendo estrellas, como los niños unen puntitos en los cuadernos escolares. Capricornio, con su cabeza de carnero, remite al dios Pan y a sus correrías con las ninfas. Y ¡atención! tiene cola de pez.

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CETUS

LOS MISTERIOS DEL MAR Y EL CIELO

¿Qué alberga más misterios, el mar o el cielo? Los de ambas inmensidades se condensan en la figura de Cetus, heredera de la bestia babilonia Tiamat, de quien emanaron el cielo y la tierra, e inspiradora del Leviatán, esa abstracción de todos nuestros miedos que la literatura hizo cuerpo de tinta en Moby Dick; el cine, celuloide en 'Tiburón', y que aquí Hislop encarama al cielo. 

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MONOCERUS

LOS UNICORNIOS EXISTEN

La mirada sobre el cielo es un reflejo de nuestra mirada sobre el mundo. Por eso en el siglo XIX un topógrafo llamado Julius Schiller trató de cristianizar el firmamento atribuyendo a las constelaciones nombres e historias bíblicas. No se salvó Monoceros, el unicornio, que fue arrebatado al paganismo por la caricia de una virgen. ¿A que quieres saber más? Hislop te lo explica. 

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USA MINOR

EL FARO DE LOS FENICIOS

Es una de las constelaciones identificadas originalmente por Ptolomeo, en el año 150 a.C., y se mantuvo en el catálogo que en 1922 elaboró la Unión Astronómica Internacional y fija las 88 que tenemos hoy, las que se recogen en este peculiar atlas. Si para los navegantes griegos el faro era su hermana mayor, para los fenicios era este animal luminoso, con una larga cola rematada por el destello más venerado del firmamento: la Estrella Polar. Y también tiene sus leyendas.   

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