MEMORIA HECHA CANCIÓN

Rozalén enarbola el compromiso y le canta a los que saben amar

La artista de Albacete convierte impactantes historias familiares en necesarias reivindicaciones en 'Cuando el río suena...'

Núria Martorell

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<strong>Rozalén</strong> abre la compuerta de la memoria -histórica y familiar- en un disco en el que la emoción y el compromiso fluyen (y confluyen) desmontando tabús, mientras surca ritmos propios y ajenos. En su tercer compacto, 'Cuando el río suena...',  los suspensivos los llena con episodios biográficos que dan para varias novelas.

Rozalén es hija, desvela, de un 'Amor prohibido'. "Él adivinó un destino en su cara, / ella intuyó su cruz", reza en esta letra sobre su padre -fue cura 10 años hasta que colgó los hábitos por amor- y su madre. "Son de familias muy creyentes y lo pasaron muy mal", recuerda la artista, que tuvo que convencerles para que le autorizasen a cantar su romance.

"Temían que cierto sector de la Iglesia se enfadara. En su día ya les criticaron, pero su matrimonio acabó siendo católico. Ahora, con la canción, se les ha quitado una espina. Estoy superorgullosa de su historia. A quien se la contaba, flipaba. ¿Por qué seguir escondiéndola? Además, si yo creo en el amor es por lo que he vivido en casa".

"UN ETARRA EN CASA"

Rozalén se adentra en el laberinto emocional vasco en 'El hijo de la abuela'. Otro relato real e impactante, con nombre propio.

"Miguel llegó en 1968 al pueblo de mi abuela, Letur, con 20 años, detenido. Se lo presentaron como un etarra y le pidieron que lo acogiera. Todos los días él tenía que acudir  al cuartelillo y a ella le dejaban anónimos. Luego, le enviaron a la mili y, por circunstancias varias, perdieron el contacto. Pero hace dos años Miguel vino a mi firma de discos gracias a una amiga que ató cabos, le encontró y le explicó quién era yo. Fue él quien me lo contó todo. Mi abuela decía que había tenido a 'un etarra' en casa, pero detrás había esta historia tan bestia: la de un joven al que habían detenido injustamente y la de una mujer que, sin saber qué habia hecho, tuvo una intuición y le preguntó: '¿Tú tienes madre?'. 'Claro, señora', le contestó. Ella sintió un puñetazo en el pecho. '¿Y si esto le pasa a un hijo mío?', pensó. Y no dudó en darle techo, aunque ya tuviera seis críos. Después se comprobó que Miguel había sido señalado sin motivo. Estuvo tres meses en prisión, fue torturado, desterrado".

¿Qué opina Miguel de la composición? "Está contento. El otro día hablé con él y me dijo que tenía miedo de que le volvieran a señalar. Lo que él sufrió le pasó a cientos de vascos, pero no está escrito".

La cantante emociona desterrando el recuerdo de 'Justo', hermano de su (protagonista) abuela que partió al frente con La Quinta del Biberón y nunca volvió.

"Tenía 18 años y le gustaba cantar esa habanera que entono al final. Me obsesioné con él hace dos años: quería ver sus fotos, cartas. Mi chico me presentó a Emilio Silva, el presidente de la <strong>Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica</strong>, le di los datos y me dijo, justo el 1 de noviembre, que lo habían encontrado en una fosa común en Arganda del Rey. Sentí que debía contarlo porque era mi responsabilidad y porque mi abuela, después de casi 80 años, pudo llevarle una flor y sanar la herida".

En el álbum hay también espacio para el feminismo y el empoderamiento de la mujer y, sobre todo, para "los que saben amar", en títulos como 'La puerta violeta', 'Girasoles' (con deje reggeaton), 'Antes de verte' (a dúo con el argentino <strong>Kevin Johansen</strong>) y en su deliciosa versión de 'Volver a los diecisiete', de <strong>Violeta Parra</strong>.

La sensibilidad y el compromiso de Rozalén van brotando, brotando como una necesaria voz en el mundo de la canción de autor.