CONCIERTO

La versión más sincera de Pablo and The Appleheads

El cantante barcelonés presentará el miércoles en Luz de Gas su segundo disco, el intenso 'Alessandra'

Núria Martorell

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Pablo Villavecchia actúa el miércoles en Luz de Gas con el formato de entrada invertida: el público decide qué pagar a la salida. Lo hace con la formación Pablo and The Appleheads y tras foguear en Gran Bretaña los temas de 'Alessandra' [el nombre de su novia y de la canción que canta en acústico para 'On Barcelona'].

Se trata de un disco accesible, a la primera escucha. Después, más complejo. Orbita sobre él un halo de nuevo clasicismo: rock and roll de los años 50, Beatles, Lennon… Sus influencias transitan por terrenos conocidos pero teñidas por una pátina y filtro de los 'power trios' y demás bandas del panorama indie de los 90 (The Hives, Oasis) que hace del conjunto una suerte de lugar común agradable, algo conocido donde quedarse. Pablo se maneja bien en la intimidad y, mejor si cabe, en intensidad. 

-¿Cómo va a ser esta presentación?

-Por todo lo alto: en una sala como Luz de Gas, que suena y luce de maravilla; con la alineación al completo de Appleheads, y con la novedad del magnífico Jordi Bastida como segundo guitarra. Además, el productor del disco, Roger Rodés, estará dando su toque desde la mesa de mezclas. Contar con todos estos factores es lo que nos ha empujado a decidir grabarlo en vídeo para su posterior edición y posproducción. Así nuestro público, tanto nacional como internacional, podrá también vivir esta inolvidable experiencia.

-¿Cómo describirías tu estilo y cómo ha evolucionado desde esa primera demo que grabaste con 22 años?

-Como una mezcla entre mis experiencias y vivencias personales y mis principales influencias musicales: desde los Beatles y John Lennon en solitario, hasta Bob Dylan, Police, Blur, Radiohead, The Kooks... No intento ser ninguno de ellos, claro, pero aprendo de todos, ¡y mucho! Mi estilo ha evolucionado con mi carácter. Al principio pecaba de un optimismo algo ingenuo. De una inocencia un tanto chulesca que, a medida que avanzaba y mejoraba, y me daba cuenta de lo que me quedaba por aprender, fue desapareciendo hasta que publiqué el primer disco de Pablo and The Appleheads, 'Stars and Dots'.

-Un álbum oscuro...

-Sí, pero que encapsula destellos de luz en una oscuridad que predomina, de manera sincera y muy pasional. En este segundo, 'Alessandra', he recuperado bastante la frescura de los 22 años pero con más profundidad, tanto musical como lírica. He buscado sacar lo mejor de mí para darle a la gente mi versión más sincera.

-¿Hasta qué punto la música ya estaba impregnada en tu ADN (tu madre fue cantante y tu padre, saxofonista)?

-¡Mucho! Las primeras palabras que aprendí, por inverosímil que parezca, fueron: zapatos, ya me fascinaban, ¡y saxo! Tuve la gran suerte de tener unos padres que me inculcaron desde pequeño el gusto por la música a base de poner buenos discos en casa. Desde Charlie Parker hasta Pink Floyd y The Police (mis preferidos de niño). Aún recuerdo poner en modo de repetición continua el VHS de ese genial 'Synchronicity concert' que dieron en Atlanta en el 83.

-La vocación la cultivaste de forma autodidacta hasta publicar ese disco de debut, tras dos años viviendo en Nueva York. Y en 'Stars and Dots' ya contaste con curtidos aliados: el guitarrista y productor Joan Vinyals, el bajista Joe Lewis y el batería Pere Foved. ¿Qué recuerdos tienes de esa época?

-Vistos con perspectiva, muy bonitos. Después de mucho tiempo buscando, finalmente encontré a los músicos idóneos. Joan Vinyals fue un segundo padre para mí y me presentó al resto del grupo. En esos inicios me sentía mucho más frágil e inseguro. Fueron años difíciles, que se reflejan tanto en la dureza de mis canciones como en la manera de salir al escenario. Actuar lo consideraba como un difícil examen que aprobar, un alto precio que debía pagar para poder seguir componiendo y grabando discos. Todo esto me ha hecho valorar más el estado en el que me encuentro: lleno de ilusión, de ganas.

{"zeta-legacy-image-100-barcelona":{"imageSrc":"https:\/\/estaticos.elperiodico.com\/resources\/jpg\/6\/2\/1506446186426.jpg","author":"BERTA BERNAD\/REBENQUE","footer":"Pablo Villavecchia, en una imagen\u00a0promocional.\u00a0"}}

-¿Cuál fue la primera canción que compusiste? ¿De qué trataba?

-Lo primero que hice como canción con su estructura, acordes, melodía y letra, si no recuerdo mal, fue 'I wanna go out'. Una pieza un poco en el estilo de Mando Diao, o al menos a mí me lo recuerda. 'Riff' de guitarra sencillo, cuatro acordes, ¡y actitud! De hecho, más actitud (vacilona) que calidad.

 -¿Y a qué edad cogiste tu primera guitarra?

-La primera, con 3 años. Era una acústica pequeñita. Pero entonces me decanté por la batería. La aporreé hasta destrozarla, por suerte para mis padres [risas]. Mucho más tarde, ya con 19 años, finalmente cogí con ganas la guitarra y fue mi madre [Gemma Recoder] la que me enseñó los acordes de 'The house of the rising sun'. Una canción de autor desconocido que popularizaron The Animals y que, entre otros, versionó Bob Dylan.

-Ahora vienes tras sonar en la radio BBC varias veces y cosechar buenas críticas en Gran Bretaña. ¿Qué es lo que decían estas reseñas de ti?

-Prefiero no ser yo el que cite las buenas críticas. 

-Pues, ¿qué crítica te harías a ti mismo?

-Siempre una constructiva. Los fallos han de servir para mejorar y el pasado, para poner la vista en el futuro. Creo que mi mejor baza es que vivo lo que hago. Intensamente. Y con el ánimo de avanzar sin prisa pero sin pausa hacia lo que ya está siendo un sueño que se va cumpliendo día a día. Espero que se traduzca en una buena y larga carrera musical.