NUEVO DISCO

Izal: 'Autoterapia' para ver el mundo en colores

En esta sociedad acelerada y esclava del "me gusta", la banda apuesta por la "introspección"

Núria Martorell

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«Quien mira hacia fuera, sueña; quien mira hacia dentro, despierta», sostenía el psiquiatra Carl Gustav Jung. En este mundo acelerado y esclavo del «me gusta», Izal se desmarca con su disco más introspectivo: 'Autoterapia'.

El alma del quintento, Mikel Izal, admite también que se trata de su álbum más «autobiográfico». Y la mejor prueba es la canción que bautiza el compacto: una historia sobre la recurrente metáfora del vaso medio lleno o medio vacío. ¿Y por qué opción se decanta Mikel? «La última: soy de los que cree que todo puede salir mal, hasta que decide, a mitad de canción, dar un giro y pensar: ‘será mejor que disfrute  de lo que me está pasando’ [Dejaré mi mitad oscura en duermevela y a mi otra mitad la haré dueña y señora de mis fiestas..., reza la letra]». «En la universidad me llamaban Angus (de angustias) -confiesa este ingeniero de Telecomunicaciones-. Y en el grupo soy Agorer (de agorero)», ríe.

En 'Autoterapia' cuentan, además, con la colaboración del extrovertido Ara Mailikian. «Porque queríamos al mejor», asegura el teclista, Iván Mella. «Le enviamos la canción, le encantó, y la grabó en Barcelona, aprovechando que estaba de promoción», relata el batería Alejandro Jordá.

Los instrumentos de cuerda adquieren un acertado protagonismo en el cuarto disco de un conjunto empecinado en «no aburrirse», explica el guitarrista, Alberto Pérez, quien tanto se estrena con el tres cubano (fruto de su reciente estancia en la isla caribeña) como con el banjo en 'El pozo' (¡cómo cuesta despojarse de todo lo que te sobra en la vida!) o se marca un espectacular solo de guitarra en 'Bill Murray', la pieza más larga, con sus 5.40 minutos.

¿Y cuál es la más corta? 'Variables', dura 2.23 y cuenta con material (justificadamente) reciclado. La estrofa con la que empieza («De tanto contar conté con terminar las vidas que nos quedan») la cantaba Mikel en  Los seres que me llenan. «Me gusta mucho esta frase. La escribí para 'Magia', pero la descartamos porque el ritmo y la producción eran horribles. Así que fíjate qué partido le hemos sacado: aquí es el caramelito final», saborea el cantante.

FELICIDAD ARTIFICIAL

Otra letra (esta vez entera) recuperada es 'Canción para nadie', aunque pertenece a la prehistoria de Izal (de cuando Mikel ejercía de cantautor). Pero esta nueva versión ha desatado la furia de algunos seguidores en las redes sociales. En canciones como 'Ruido blanco' y 'Temas amables', Izal reflexiona sobre la absurda persecución del «me gusta» y sobre el peligro de convertirse en «un yonqui de las emociones».

Aunque la mejor pieza del disco quizás sea 'El Hombre que podía volar pero no sabía cómo', con su desenfadada manera de hablar del «afán de la humanidad por saboterase a sí misma». Izal tiene buen ojo (el mismo que luce en la elegante carátula) para crear atmósferas y sonido épicos. Para mirar hacia dentro, hacia afuera, hacia donde quieran.