FENÓMENO MUSICAL

¿Seguro que no es Freddie Mercury?

Las bandas tributo clavan el sonido de grupos que ya no existen y nos regalan la ilusión de que siguen en los escenarios

IMMA MUÑOZ

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¿Te pirras por bandas que ya no existen, hasta el punto de que darías tu alma por lograr que volvieran por una noche y poder asistir a uno de sus conciertos? No hace falta que acabes como Fausto para escuchar en directo esas canciones que te sacuden como si tuvieras 15 años. Bastará con un 'googlelazo' que empiece por «Tributo a…» y acabe con el nombre del grupo de tu vida para lograrlo. En webs como beba33.com o lafactoriadelshow.com encontrarás más de 300 bandas tributo. De Rammstein a Manolo Escobar, pasando por Bruno Mars, Iron Maiden, U2, Muse, Mecano o Amaral. Piensa una banda mainstream: está. Piensa otra: también.


Brothers in Band: amamos a Dire Straits

{"zeta-legacy-image-100-barcelona":{"imageSrc":"https:\/\/estaticos.elperiodico.com\/resources\/jpg\/4\/6\/1519840177164.jpg","author":null,"footer":"MANUEL \u00c1NGEL GUTI\u00c9RREZ CARRANZA"}}Brothers in Band, la banda de tributo a Dire Straits que encabeza Óscar Rosende tiene la culpa de este reportaje. El viernes, 2 de marzo, por la noche llenará la sala BARTS (está todo vendido desde hace semanas) y al día siguiente ofrecerá sesión doble: a las 17.30 y a las 21.00 horas. Para el pase de la tarde, tal vez aún queden entradas. Su espectáculo es un derroche de profesionalidad que no está reñida, ni mucho menos, con el buen rollo. De hecho, en lo primero clonan al grupo que homenajean, pero en lo segundo le ganan por goleada. 

Rosende, voz y guitarra principal, es cálido y hablador, sobre el escenario y al teléfono, y disfruta compartiendo su pasión por los sultanes del swing. «Soy un friki de Dire Straits», ríe. Lo sabe todo: ha diseccionado cada tema para lograr un sonido idéntico. «A base de investigación e inversión en equipos. ¡Quién me iba a decir a mí, cuando era un crío aprendiendo a tocar con una guitarra barata, que me iría de gira con el mismo material que llevaba Mark Knopfler!». Giras de 50 bolos anuales, con parada no solo en toda España, sino también en PortugalFrancia y Alemania, donde cada vez tienen más reconocimiento (se les considera el mejor tributo a Dire Straits de Europa) y hacia donde aspiran a crecer.  

UN NUEVO LATIDO

Empezaron, en el 2007, siendo cuatro amigos («y tocando donde podíamos, a veces para 20 personas»), y poco a poco fueron sumando miembros hasta los 15 que son hoy: 9 músicos sobre el escenario y 6 técnicos. Y siguen siendo amigos, una «banda de hermanos». Todos gallegos excepto el 'steel guitar', de Ontinyent. Todos músicos profesionales («el currículo de alguno quita el hipo», dice Rosende), muy exigentes con el espectáculo que ofrecen y los recintos donde lo hacen. «Apostamos por teatros y auditorios. Para cuidar el sonido y la imagen». Veneran a Dire Straits («si soy músico es por sus canciones», asegura el vocalista) y todo lo hacen con máximo «cariño, admiración y respeto». «No podemos compararnos con ellos, nunca lo haríamos. Solo queremos jugar a reproducir cómo sería uno de sus conciertos, pasar el desfibrilador a sus temas y que vuelvan a latir de nuevo», concluye el coruñés.   

Tal vez la anécdota de la confusión de Guy Fletcher, que lleva 35 años tocando con Knopfler y al oír una grabación del tributo de Rosende pensó que era de su propia banda, sea un buen aval de la calidad de Brothers in Band. El mejor es que cerrar los ojos en uno de sus conciertos es viajar a la Monumental de 1992. Y sin tener que elegir, como entonces, entre 'Telegraph Road' y 'Tunnel of love': ambas están garantizadas.     


Momo: FREDDY MERCURY SIGUE VIVO

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Cuando Momo Cortés se sienta al piano para tocar 'Love of my life' o 'Somebody to love', uno espera que Iker Jiménez aparezca en cualquier momento para investigar el fenómeno paranormal. ¿Es posible que el espíritu de Freddie Mercury haya tomado posesión de ese cuerpo que, sin disfraces, parece embebido de su actitud escénica y musical? Podría ser: no en vano el propio Brian May lo eligió para protagonizar la adaptación española del musical 'We will rock you', una ficción ambientada en un futuro apocalíptico en el que los clásicos de Queen ponían la semilla para salir del horror. El show no tenía nada de biográfico, pero expresaba la esencia de lo que Mercury, May, Roger Taylor y John Deacon querían transmitir con su música: rebeldía, contundencia, libertad: rock’n’ roll.

TEMAS PROPIOS

«Yo ya tenía mi banda, Momo, en el año 2000. Tocábamos en garitos de Madrid, nuestros temas y versiones. Cuando acabó mi participación en el musical, hacia el 2005, apostamos por dedicarnos a la música profesionalmente y empezamos a combinar los conciertos de nuestro primer disco con otros como tributo a Queen. Entonces éramos la única banda española que homenajeaba al grupo. Ahora no sabría decirte cuántas hay: infinidad», explica Cortés. No quiere decir esto que le preocupe la competencia, ni para su banda tributo ni para la que tiene repertorio original, que estará en Barcelona en breve presentando su tercer álbum, apadrinado por Brian May. «Creo que en cada registro podemos tener públicos diferentes. Además, mucha gente nos ha venido a ver por afición a Queen y a partir de ahí ha descubierto y se ha hecho seguidora de nuestros propios temas. En cuanto a la proliferación de tributos, creo que es el público el que ha de seleccionar entre lo que vale la pena y lo que es solo oportunista», dice.  

Cortés se siente avalado, además de por el apoyo de May y Taylor, por su formación musical. Estudió clásica de niño (piano, trompa y canto coral), hasta que la cambió por su banda, que apuesta por el rock, con ecos progresivos y sinfónicos en su último trabajo. «Es muy rico en estilos, y las letras conectan con la actualidad». Disfruta tanto con estos temas como con 'Bohemian Rhapsody', la canción que elige como favorita cuando se mete en la piel de Mercury. «Me encanta cómo responde el público ante ella. En nuestro tributo no pueden faltar los grandes clásicos, pero nos gusta incluir piezas mucho menos conocidas, mantener el equilibrio entre los superéxitos y las rarezas».          


The Amy’s Soul: qué noche la de aquel año

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Los 10 miembros de The Amy’s Soul, banda tributo a Amy Winehouse, llevan solo un año tocando juntos, pero buscad en YouTube alguno de los vídeos de los tres conciertos que han dado hasta ahora y alucinad: compenetración total y un sonido y una puesta en escena que mimetizan los que ofrecieron la diva del soul y su banda en el Shepherd’s Bush Empire de Londres en el 2007. Ese concierto, ese y no otro, es el que el jovencísimo tributo radicado en Barcelona quiere homenajear. 

En el núcleo duro de The Amy’s Soul están los fundadores de Monk B, un cuarteto de soul y R’n’B enamorado de la británica que quiso resucitar su magia en los escenarios. «Sobre todo, la que desplegó esa noche. Así que fuimos sumando músicos al proyecto hasta lograr un plantel como el que tuvo ella. Y estamos muy satisfechos del resultado: hemos conseguido clonar las melodías, los arreglos, los solos, y no es nada fácil, porque Amy llevaba músicos de muchísimo nivel», explica Laura Díaz, la teclista y una de las fundadoras, que ejerce como portavoz. Sobre todo ahora que la banda acaba de cambiar de vocalista, triple salto mortal en pleno lanzamiento. La prueba de fuego, el inminente festival Back to Black. «Pau Artés emprende nuevos caminos, y se incorpora Júlia Isern, una voz negra con mucha personalidad», asegura Díaz. Dos mujeres al frente de una banda, algo infrecuente, también en el mundo de los tributos. «No es más que un reflejo de la situación de las grandes bandas, donde aún hay muy pocas mujeres». Al tiempo.  


El Último Tributo: MÁS CAÑA QUE MANOLO Y QUIMI

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Te guste o no El Último de la Fila, hay algo que es indudable: su sonido es único, y la voz de Manolo García, personalísima. Pues hasta los más acérrimos fans que han visto a El Último Tributo coinciden en algo: la banda de Luis Sánchez y Javier González clava ambas cosas. Si el timbre y el color son algo así como la huella dactilar de una voz, Sánchez podría falsificar el pasaporte sonoro de García y no lo pillaría ni Grissom en los mejores tiempos de CSI. «Es que son mis características naturales: lo único que he hecho, eso sí, es buscar los giros de Manolo», explica el cantante.  

Llevan una década homenajeando los temas del dúo «con respeto máximo y admiración total». «Tenemos todos sus discos rayados de tanto ponerlos. Ese es uno de los secretos para triunfar como tributo: ser un superfan», asegura Sánchez. Los conocen tan bien que pueden interpretar todas las canciones en el tono original que tenían en el disco. «Para nosotros es importante hacerlo así, porque es como las conocen los fans, que vienen a vernos buscando la máxima fidelidad». Eso sí, como músicos que son, ni él ni González pueden evitar que se cuele su personalidad sobre el escenario:«En directo somos más cañeros: yo soy más flamenco que Manolo, y Javi más roquero que Quimi», asegura Sánchez.

También tienen un disco con temas propios, en el que se cuela su pasión ultimera. «Se llama 'La más pura necesidad', y también refleja eso: el afán de aportar nuestro ganito de arena, además de reivindicando a los grandes, con canciones propias».  


Abbey Road: LA PRIMERA PARA LOS PRIMEROS

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«No sé si fuimos los primeros, pero, si no, fuimos los segundos», sonríe Ferran Corbalán, el George Harrison de los Abbey Road al otro lado del teléfono. De hecho, cuando la banda empezó, en 1989, el concepto tributo ni siquiera existía. «Eran cuatro amigos que tocaban canciones de los Beatles por puro amor al grupo. Y la gente se sorprendía y les preguntaba por qué lo hacían», cuenta. Habla en tercera persona porque él se incorporó más tarde: en 1992. Un cuarto de siglo después, de la banda original no queda nadie: «La marca prima sobre las personas, y la hemos mantenido con otras formaciones».

También el espíritu festivo y la voluntad de dar a conocer el legado de los cuatro de Liverpool a las nuevas generaciones. «Sus canciones son la música clásica del siglo XX. Así como nosotros escuchamos a Beethoven o Mozart, los jóvenes escuchan a los Beatles». El espectáculo que Abbey Road tiene actualmente en marcha recorre tres etapas del grupo (los inicios, netamente pop;la época psicodélica y la hippy), con el atrezo pertinente para cada una de ellas. «Lo nuestro va más allá de la música: queremos que la gente los vea a ellos», dice Carvajal. También tienen un formato adaptado a los niños: Beatles for Kids. «Y es fantástico ver que el gusto por sus temas no tiene edad».      


Bribriblibli: LA ENERGÍA DE EXTREMODURO

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El nacimiento de Bribriblibli, que lleva el nombre de uno de los clásicos de Extremoduro, fue casi una casualidad, hace más de 10 años. «Un amigo me dijo que querían hacer un concierto de homenaje a Platero y Extremoduro, y que no había ningún grupo de tributo a los extremeños», explica Saúl Pérez, el bajista de esta banda con centro de operaciones en Madrid. Así que con otros músicos preparó un repertorio que conocían al dedillo, como fans que eran, y se lanzaron al ruedo. «Funcionó muy bien». Y coincidió con el 'boom' de los tributos, así que empezaron a ofrecerles bolos. «Compaginamos Bribriblibli con los proyectos que tenemos los cinco miembros, que luchamos desde hace 20 años por ganarnos la vida con la música», dice Pérez.

«En el tributo nos juntamos, ante todo, cinco amigos que disfrutamos tocando juntos. Y esa energía se nota en escena». Pronto estarán por aquí. Y aceptad un consejo por experiencia propia:llevad camiseta de recambio. No pararéis de saltar.      


SI TARANTINO TUVIERA UNA BANDA

{"zeta-legacy-image-100-barcelona":{"imageSrc":"https:\/\/estaticos.elperiodico.com\/resources\/jpg\/3\/3\/1519901668633.jpg","author":null,"footer":null}}Quentin Tarantino es un director de culto para muchos cinéfilos, pero también para muchos aficionados a la música. Desde que en 1992 recuperó para las listas de éxitos el tema de los 70 'Hooked on a Feeling, en 'Reservoir dogs', y dos años más tarde lanzó al estrellato a Urge Overkill al incluir en 'Pulp Fiction' su Girl, you’ll be a woman soon (y qué decir del baile que se marcan Uma Thurman y John Travolta al son de 'You never can tell', de un Chuck Berry convertido en el colmo del 'indie'), en cada nueva película hay gente esperando sorpresas en la banda sonora. Tal pasión despierta su forma de entender la música que hay al menos tres tributos dedicados a ella: TarantinationQuartet Tarantino y Cucarachas enojadas. Como si Tarantino tuviera una banda.