Unidos por la cocina

Osona Cuina, La Cuina de l'Empordanet, La Cuina del Vent, La Cuina de Sils, Tarragona Essència, Penedès Fogons, Cuina La Ràpita, Les Cuines del Vendrell, Terra i Taula (Baix Penedès), Fogons Gastronòmics del Bages, Cuina Vallès (Vallès Occidental), Cuina V. O. (Vallès Oriental), Cubat (Baix Llobregat), Plat i Got (Tortosa)... Y desde hace unos días, Girona, Territori d'Estrelles, que reúne los 13 restaurantes con estrella Michelin de la provincia de Girona (suman 17 entorchados). Una lista larga en la que seguramente falta algún colectivo más. Porque así de fértil es el panorama gastronómico catalán en lo que se refiere a grupos de cocineros y restaurantes que defienden unidos su trabajo en los fogones, ya sea de manera independiente, a través de una empresa o de entidades públicas.

Uno de los más veteranos es La Cuina de l'Empordanet, que se fundó hace 20 años con 16 restaurantes (ahora son 18) con el apoyo de la Associació d'Empresaris de Restaurants de la Costa Brava Centre. Promocionan entre público local, prensa y turoperadores internacionales la oferta de los locales y de la zona, con campañas sobre productos autóctonos como el erizo de mar, la gamba, el arroz... Incluso organizan torneos de golf y actos en Europa para que se identifique el Empordà como un destino gastronómico.

Osona Cuina llegó en 1999. Santi Hausman, su portavoz, explica que este colectivo que surgió de la escisión  del gremio de hostelería de Osona («queríamos hacer más cosas y de otra manera», recuerda) funciona porque entre los cocineros impera «el buen rollo». «Aquí curra del primero al último», ya tenga estrella Michelin (Can Jubany, Fonda Sala, Les Magnòlies) o no (El Boccatti, Ca l'Ignasi, Ca l'U, Ca la Manyana, L'Estanyol, Mas Albereda, Torres Petit, D.O. Vic, Sambucus, El Gravat, Tresona XXI, Arka, Mams). Tienen claro que la unión hace la fuerza (La Ferreria y El Barecu están a punto de entrar en el club) para posicionar la zona en el mapa gastronómico «internacional» (aunque Les Magnòlies y Mams no son osonenses, ya que están en Arbúcies). Organizan el Dijous Llarder de Vic, una fiesta popular que en 10 ediciones ha convertido el bocadillo de cerdo asado en una tradición, y cenas centradas en algún producto de la comarca como el cerdo, la trufa, las patatas del bufet y las judías del Collsacabra. Es tal su poderío que han logrado el patrocinio de Damm y de Porc Ral d'Avinyó.

RECUPERANDO LA TRADICIÓN

Sus ejemplos han cundido con el paso de los años, de manera que el panorama es rico y variado. Entre los destacados está La Cuina de Sils, que agrupa a las entrañables y populares cocineras de esta población, que se unieron en los 90 para recuperar y preservar el rico patrimonio gastronómico de esta localidad, que corría riesgo de perderse. No solo maneras de cocinar, también de aliñar, de hacer conservas o licor...

La Cuina del Vent fue creado en el 2004 por la Associació d'Hostaleria de l'Alt Empordà, que defiende una cocina que va más allá del pescado y el marisco, y que también tiene en su recetario platos de caza y del huerto. Este colectivo reúne restaurantes de todo tipo, desde los que hacen bandera de la tradición hasta los que van un pasito más allá con platos de vanguardia, y organiza exposiciones, charlas y seminarios tanto para profesionales de la cocina como para niños.

El último en llegar ha sido Girona, Territori d'Estrelles, que agrupa a El Celler de Can Roca (tres estrellas Michelin), Miramar y Les Cols (dos), y Ca l'Arpa, Els Brancs, Casamar, Els Tinars, Ca l'Enric, La Cuina de Can Simón, Massana, Fonda Xesc, Bo.Tic y Les Magnòlies. En este caso, lo impulsa una empresa, Top Gastronomia, que lanzará en junio una aplicación y el llamado Passaport Girona para animar a los gurmets a hacer rutas por estos locales.