DOS EN UNO

Casa Dorita, bodega y casa de comidas

Este local de Sant Antoni sirve tapas y platos de toda la vida, con producto de mercado y sin pretensiones a precios populares

Casa Dorita, bodega y casa de comidas

Casa Dorita, bodega y casa de comidas / periodico

Ferran Imedio

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Este restaurante se llama Casa Dorita en homenaje a cualquiera de nuestras abuelas o bisabuelas, que bien podrían llamarse Dorita, y que seguro que cocinaban como ya no se cocina: usando producto de mercado, sin pretensiones, mimando con sabiduría cada preparación... Y esa línea sigue este coqueto y acogedor local junto al mercado de Sant Antoni, aunque también sirve tapas y conservas en la barra que hay en la entrada. Además, se puede desayunar. Y en todos los casos, de manera asequible (no hay menú de mediodía pero sí platos a precios especiales cada día). 

Precios populares como los platos: hay croquetas variadas (de pollo, de jamón, de setas, de bacalao, de queso cabrales, de chistorra...), una sección de huevos ecológicos, sean en forma de tortilla o estrellados (con sobrasada de Mallorca, con chistorra, con butifarra, con gulas...) y platos de cuchara, como los callos, las albóndigas con sepia y los callos, que cobran especial protagonismo los miércoles porque en las sugerencias del día aparecen más propuestas de este tipo. Y los jueves, como no podría ser de otro modo en un establecimiento de comida tradicional, toca arroz.

La visita a Casa Dorita, a medio camino entre casa de comidas y bodega de toda la vida -pero moderna-, también vale la pena por el cariño con el que tratan la charcutería. La mortadela italiana, con un corte finísimo y aderezada con queso parmesano y aceite trufado; la cecina con almendra rallada y el platillo de jamón ibérico de bellota Juan Manuel, de la DO Guijuelo, son pura tentación, igual que la selección de quesos, que pueden acompañarse con una botella de los vinos bien seleccionados de la carta, y que el cliente puede llevarse a casa si no se la acaba allí.