La Sala Apolo, la 'casa' donde El Yiyo se ha hecho mayor

Entra El Yiyo en la Sala Apolo, ahora vacía porque es lunes al mediodía, y esboza una sonrisa. Son muchos recuerdos. El primero, cuando actuó (casi) por primera vez en público, con 7 años. Ya había debutado en La Paloma, pero en el local del número 113 de Nou de la Rambla notó algo especial. "El aplauso del público, el cariño que me transmitía, lo siento muy vivo aún. Fue algo distinto a lo habitual, algo muy tierno y familiar", rememora el bailaor badalonés, que ya entonces era el principal reclamo del espectáculo y que se ha ido convirtiendo en un artista mediático (ha posado como modelo para revistas de moda, ha presentado joyas y Naomi Campbell se interesó por él).

Estamos en este "local que se sale de los márgenes" y que este 2018 cumple 75 años, porque lo ha escogido para nuestro Museo Imaginario. La razón de la nostalgia es potente pero hay otra tanto o más poderosa: no ha dejado de actuar allí desde entonces. "Es el sitio del mundo donde más he bailado. A los 7 años, a los 9, a los 11, a los 13, a los 16, a los 20 y, hace unas semanas, el 26 de diciembre, a los 21". Y eso que ha zapateado por toda Barcelona (Tablao Cordobés, Tablao de Carmen, Los Tarantos...) y medio mundo (Portugal, Francia, Taiwán...).

PREPARANDO UN NUEVO 'SHOW' HÍBRIDO

Curiosamente, Miguel Fernández Ribas -así se llama El Yiyo- no ha acudido como espectador a ningún 'show' ni como cliente a ninguna de las sesiones de baile que allí se organizan. "Y eso que me gusta todo tipo de música. Pero iré pronto, su programación es interesante", promete.

Mientras, ya prepara el 'show' que sucederá al exitoso 'Flamenco de sangre' y 'Trilogía flamenca': "Será casi un musical flamenco, algo más híbrido. Con voces, piano, trompetas, guitarra, violín, cuerpo de baile...". Ya sueña con llevarlo a la casa en la que se ha hecho mayor.